El Ejército impulsa el SCTS mientras persiste la exclusión española del MGCS

Un paso hacia el futuro acorazado del Ejército de Tierra: adjudicación del contrato del SCTS (Sistema de Combate Terrestre Superior), nuevamente a Indra

Leopard 2A8

El final de este mes de diciembre está siendo de órdago en la DGAM (la Dirección General de Armamento y Material) del Ministerio de Defensa.  La mañana de ayer despertó fértil como pocas en la reciente historia presupuestaria militar española. Entre las muchas adjudicaciones a importantísimos programas de armamento, alguno de los cuales ha encontrado cabida en DYS, se adjudicó —también— a Indra Sistemas, S.A. un contrato por valor de 24.124.996,50 euros (sin IVA) para el desarrollo inicial del llamado Sistema de Combate Terrestre Superior (SCTS). Este proyecto forma parte de los Programas Especiales de Modernización (PEM) del Ejército de Tierra y se enmarca en la necesidad de asegurar una continuidad operativa de la capacidad acorazada del ET más allá de 2040, fecha prevista de obsolescencia para los Leopard 2E.

El contrato, como decimos, fue emitido por la DGAM con el objetivo de iniciar la maduración de tecnologías clave para una futura plataforma terrestre, incluyendo electrónica avanzada, integración de sensores, sistemas de mando y control, protección activa, movilidad y conciencia situacional en entornos operativos complejos. El importe, de algo más de 24 millones de euros, se complementa con una prefinanciación inicial de 20 millones de euros procedente del Ministerio de Industria, a distribuirse en anualidades. La empresa adjudicataria vuelve a ser Indra, reafirmando un patrón recurrente en los grandes programas de defensa nacionales, donde la ausencia de competencia efectiva seguirá, pese a quien pese, planteando dudas sobre el modelo de reparto, competencia y las garantías de rendimiento tecnológico.

Este proyecto, presentado como una iniciativa de I+D orientada a mantener una capacidad acorazada soberana, apunta a desarrollar una base industrial nacional competitiva en torno a un sistema de combate terrestre de nueva generación, que incluya elementos tripulados y no tripulados. Sin embargo, el verdadero motor de este contrato parece más reactivo que proactivo: asegurar una posición mínima en la carrera europea ante la exclusión de España, cada vez más evidente, del programa MGCS.

El MGCS: sin respuesta, sin acceso

Pese a las reiteradas muestras de interés expresadas desde el Ministerio de Defensa, España sigue excluida del núcleo central del programa MGCS (Main Ground Combat System), liderado por Francia y Alemania. Este ambicioso desarrollo, concebido para sustituir los Leopard 2 y Leclerc a partir de 2040-2045, avanza bajo el control de KNDS, Rheinmetall y Thales, sin que España haya recibido hasta la fecha respuesta formal a sus solicitudes de adhesión. La retórica de «colaboración futura» no se traduce en acceso real a las fases de diseño, toma de decisiones o integración industrial, dejando a nuestras Fuerzas Armadas fuera de los principales desarrollos doctrinales y tecnológicos del futuro carro europeo.

MARTE: consuelo tecnológico pero sin centro de gravedad

En paralelo, España sí participa en el programa MARTE (Main Armoured Tank of Europe), lanzado a mediados de 2025 con recursos del Fondo Europeo de Defensa (EDF). Este proyecto tiene una perspectiva más conceptual y abierta, centrada en el desarrollo de tecnologías disruptivas y estudios de diseño para un futuro carro europeo. Coordinado por MARTE ARGE, consorcio liderado por KNDS Deutschland y Rheinmetall Landsysteme, MARTE ha recibido financiación inicial cercana a los 20 millones de euros y agrupa a múltiples actores industriales.

En el caso español, el programa cuenta con la implicación de Indra —nuevamente como líder de uno de los paquetes técnicos—, junto a GDELS-Santa Bárbara Sistemas, Sener, Escribano Mechanical & Engineering (EM&E), Sapa Placencia y Piedrafita, entre otras. Esta participación permite a España, aquí sí, mantener cierto pulso tecnológico e industrial, aunque sin capacidad real para definir los términos del futuro sistema, al menos por ahora, todo hay que decirlo. El liderazgo sigue estando fuera, y nuestro rol sigue siendo el de socio complementario.

Idealización del MGCS

¿Capacidad soberana o solución de compromiso?

El SCTS se presenta como un intento de preservar una capacidad tecnológica acorazada nacional, pero su diseño actual parece responder más a una lógica de mitigación política e industrial ante la exclusión del MGCS, que a una planificación estructurada y a largo plazo. No parece responder a ninguna idea preconcebida, a un desarrollo inicial de un futuro proyecto de carro de combate nacional, para nuestra desgracia, porque, por complejo que resultara —y sin duda lo sería—, sí que podríamos estar ante un sistema de armas que significara una posibilidad de diseño nacional, abierto, por qué no, a colaboraciones internacionales. Es un brindis al sol, pero es nuestra opinión, basada en que, al menos en este campo, la industria nacional, debidamente coordinada, con la planificación correctamente estructurada, los recursos (que por fin los hay) y el talento (existente), podría ser capaz de haber iniciado el desarrollo de un carro de combate propio. Lo hicieron los italianos, los franceses, los alemanes, los británicos, los turcos, los coreanos… No estamos hablando de un caza de 6ª generación que necesite de la concurrencia de varios socios aportando cantidades ingentes de talento, conocimiento y decenas de miles de millones. Valga este artículo de los amigos de defensayaviacion.info para dar cierto respaldo a lo que insinuamos: https://www.outono.net/elentir/2025/06/19/las-posibilidades-de-espana-de-fabricar-un-tanque-propio-para-sustituir-al-leopardo-2e/

Más allá de los comunicados oficiales, el Ejército de Tierra parece querer comenzar a tener una hoja de ruta clara para el reemplazo de su principal capacidad de combate terrestre. A pesar de todo, el futuro carro nacional, al menos por ahora, no es más que una declaración de intenciones camuflada bajo una capa de I+D con sello conocido, pero, echemos mano de lo positivo, algo comienza a moverse.

 

Redacción

defensayseguridad.es

 

Un comentario

  1. A ver como se nos quedan los proyectos europeos ya que los alemanes están intentando meter en las negociaciones del FCAS el MGCS.

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