Israel intercepta la flotilla Global Sumud hacia Gaza y detiene a sus tripulantes. El BAM Furor ya estaba en la zona
En una operación marítima coordinada, las Fuerzas Armadas de Israel han interceptado a, al menos, 13 barcos de la llamada Global Sumud Flotilla -con ayuda humanitaria destinada a la Franja de Gaza, según sus precursores- y ha procedido a detener a sus tripulantes, según han informado fuentes oficiales israelíes y medios internacionales.
Foto: Stefanos Rapanis/Reuters.
El Ministerio de Exteriores israelí comunicó que los detenidos se encuentran “sanos y salvos” y están siendo trasladados a un puerto del país, posiblemente Ashdod, donde se iniciará el proceso de evaluación y eventual deportación. Organismos de la flotilla afirman que las operaciones se desarrollaron en aguas internacionales y denunciaron tácticas agresivas durante el abordaje. Varios barcos habrían sido rodeados, enfrentado “embestidas deliberadas”, y sufrido cortes en sus comunicaciones e, incluso, se habrían utilizado cañones de agua.
Entre los detenidos figura la activista sueca Greta Thunberg, quien viajaba a bordo de una de las embarcaciones de la misión. Según el comunicado israelí, ella y otros miembros de la flotilla “se encuentran bien”.
Mientras esta operación tenía lugar, unas 30 embarcaciones restantes de la flotilla continuaban su rumbo hacia Gaza, a unos 46 millas náuticas de la Franja, pese a las maniobras navales israelíes. Las voces organizadoras denunciaron que su convoy fue objeto de una “operación intimidatoria” cuanto ya estaban próximos a la llamada “zona de riesgo”, donde varios barcos no identificados se aproximaron de forma agresiva.
Un elemento añadido en la discusión era el buque de la Armada, Furor (P‑46), que fue enviado por el Gobierno como escolta diplomática de la flotilla. Se había informado que ese barco ya estaba en la zona de la flotilla como medida de protección prevista. No obstante, fuentes oficiales del Gobierno español, incluyendo al presidente Pedro Sánchez, aseguraron que el Furor no ingresaría en la zona de exclusión declarada por Israel y que su misión sería operar en funciones de salvamento o apoyo externo, sin involucrarse directamente en la intercepción. Hasta el momento no hay confirmación pública de que el Furor haya intervenido en las interceptaciones, detenciones o posibles abordajes.
El ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, emitió una nota pidiendo a Israel que respete la “integridad física y los derechos” de los ciudadanos españoles que participaban en la flotilla, y activó una unidad diplomática de seguimiento permanente. Asimismo, fuentes diplomáticas de otros países con ciudadanos a bordo han exigido garantías y seguimiento consular.
Desde el lado israelí, se argumenta que la flotilla habría ingresado en una “zona de conflicto activo” y violado el bloqueo naval impuesto sobre Gaza, alegando que la misión no era meramente humanitaria sino un acto provocador vinculado a Hamás. Esta tesis, obviamente, es rechazada por los organizadores, quienes insisten en el carácter pacífico de la acción y en que obran conforme al derecho internacional. El grupo terrorista Hamás, por su parte, calificó la operación israelí de “piratería” y “terrorismo marítimo” contra civiles.
En el plano internacional, la interceptación ya ha generado reacciones críticas. Turquía, como era de esperar, la calificó de “acto terrorista”; Colombia anunció la expulsión del cuerpo diplomático israelí y la suspensión de un acuerdo comercial; manifestaciones se han reportado en Italia, España y otros países en solidaridad con la flotilla.
Se espera que en las próximas horas las autoridades israelíes anuncien la localización de los detenidos y el procedimiento de sus deportaciones o procesos internos a que hayan podido dar lugar sus acciones. Por su parte, los países involucrados presionan diplomáticamente para que los integrantes de la flotilla sean liberados y repatriados lo antes posible.
Redacción
defensayseguridad.es