X‑BAT de Shield AI: un análisis del nuevo y revolucionario caza sin piloto VTOL

La silueta del X-BAT está en sintonía con los nuevos desarrollos. Foto: Shield
Mejorar el V-BAT era posible…
La empresa estadounidense Shield AI ha revelado recientemente su nuevo proyecto denominado X‑BAT, promovido como un avión caza sin piloto de despegue y aterrizaje vertical (VTOL) que incorpora completamente un sistema de autonomía de misión basado en inteligencia artificial (IA). Esta tecnología, en plena y fulgurante evolución dentro del sector de defensa, está diseñada para operar en entornos altamente disputados sin necesidad de piloto humano ni infraestructuras tradicionales. Para las fuerzas aéreas y navales de países aliados de la OTAN —a expensas de los condicionantes ITAR, si los hubiera—, el X‑BAT podría convertirse en una alternativa operativa versátil y de potencial alto valor añadido, especialmente en contextos donde la movilidad, la autonomía y la capacidad de supervivencia resultan determinantes, que es una de las razones de ser y operar de este avanzado dron. Es sin duda otro concepto, otra idea, que puede resultar en cierto modo disruptiva, como ya lo fue el anterior modelo, el V-BAT, que ya es, por sí mismo, un formidable dron para operaciones marítimas, por ejemplo.
En palabras de Joaquín Garrido, analista y colaborador de esta casa, y el experto tras el que se desempeña en redes el excelente perfil @dronesdeguerra —si aún no lo conocen, les recomendamos encarecidamente que lo visiten—, «Las reglas del juego cambian. El X-VAT es una plataforma que va a abrir la puerta a la casi total autonomía. Esta gente (Shield AI) lleva 10 años trabajando en el tema de la IA, y mínimo 2, que se sepa, probando los V-BAT y sus sistemas de IA.» En su opinión, «el vuelo autónomo con IA va a marcar la mayor transformación en la aviación militar desde que los primeros aviones despegaron y aterrizaron hace poco más de 100 años.»
Diseño, configuración y prestaciones
Con una longitud aproximada de 8 metros, una envergadura cercana a los 12 metros y una altura de unos 1,4 metros, el X‑BAT se sitúa en un segmento compacto, a pesar de su impresionante tamaño, lo que le permite operar desde plataformas reducidas como buques o zonas sin pista preparada. El aparato, con un rompedor diseño de líneas furtivas y alas plegables, puede ser lanzado desde una plataforma móvil o fija, sin necesidad de catapultas ni pistas convencionales. Su recuperación se realiza mediante un descenso vertical controlado. La propulsión está a cargo de un motor a reacción con vectorización de empuje, una solución que recuerda a configuraciones presentes en algunas aeronaves tripuladas (como el F-22, salvando, como es obvio, las distancias de la analogía).
Desde el punto de vista de sus capacidades, Shield AI ha declarado un alcance operativo superior a las 2.000 millas náuticas (más de 3.700 km), algo de lo que no pocas voces autorizadas quieren una demostración convincente porque, todo hay que decirlo, hablamos de una distancia formidable. El techo de servicio se anota por encima de los 50.000 pies, lo que lo sitúa igualmente en la categoría de altitud y autonomía de aeronaves tácticas avanzadas. Su verdadero factor diferencial radica en su capacidad VTOL real, es decir, en su posibilidad de operar desde cualquier punto sin necesidad de infraestructura aeroportuaria, algo especialmente relevante para operaciones embarcadas, avanzadas o de despliegue rápido en entornos negados.
Autonomía, aviónica y misión
El sistema de autonomía Hivemind, desarrollado también por Shield AI, constituye el núcleo del sistema de mando y control del X‑BAT. Esta solución permite que el aparato opere de forma completamente independiente en entornos sin cobertura GNSS (GPS) y con comunicaciones degradadas o denegadas, ejecutando misiones preprogramadas, adaptativas y colaborativas. Su arquitectura abierta permite integrar distintos tipos de sensores, cargas útiles o armas, con lo que puede adaptarse tanto a misiones de superioridad aérea, como a perfiles de ataque contra objetivos de superficie, guerra electrónica o vigilancia táctica. La versatilidad del X-BAT es difícilmente comparable con otros drones de su segmento, y ese hecho diferencial puede marcar su trayectoria comercial de manera sobresaliente.
Además de su operatividad individual, el X‑BAT ha sido diseñado para actuar como parte de un enjambre o como acompañante no tripulado (loyal wingman) de plataformas tripuladas, extendiendo el alcance sensorial y ofensivo de un grupo de combate sin comprometer recursos humanos. Esta capacidad multiplica las posibilidades tácticas en un escenario aéreo moderno, cada vez más marcado por la saturación electrónica y la contestación antiacceso.
Aquí dejamos el espectacular vídeo de presentación
Estado del desarrollo y perspectivas de despliegue
Según Shield AI, el calendario actual prevé los primeros vuelos de despegue y aterrizaje vertical para el año 2026, con una validación operativa y capacidad de producción inicial proyectada para 2028. Hasta la fecha, no se ha anunciado públicamente la firma de un contrato de adquisición específico para el X‑BAT. La empresa ha señalado que se trata de una solución desarrollada sin un cliente en particular, aunque orientada claramente a las necesidades de Estados Unidos y aliados OTAN.
En este contexto, cabe mencionar que Shield AI mantiene contratos relevantes en curso con otras plataformas, como el V‑BAT del que antes hablábamos. En 2024, la U.S. Coast Guard adjudicó un contrato IDIQ (contrato abierto a cantidad de sistemas a adquirir y sin precio definido, una especie de autoservicio prolongado en el tiempo donde el cliente —el Gobierno de los EE. UU.— adquiere los sistemas/productos que requiere) de, hasta ahora, 198 millones de dólares a la empresa para dotarse de capacidades ISR embarcadas. Por su parte, el Ejército de EE. UU. seleccionó una versión del V‑BAT como parte del programa FTUAS (Future Tactical Unmanned Aircraft System), en colaboración con Northrop Grumman. Estos antecedentes refuerzan la credibilidad industrial de Shield AI en el ámbito de los sistemas aéreos no tripulados de nueva generación hasta niveles de excelencia. La repercusión internacional no se hará esperar mucho más.

Foto: Shield IA
¿Qué hay de Europa y del resto de aliados OTAN?
Para las fuerzas europeas, la propuesta del X‑BAT plantea una serie de ventajas potenciales. La posibilidad de disponer de un sistema aéreo de combate no tripulado con capacidad VTOL, alto alcance, autonomía táctica y un diseño compatible con operaciones embarcadas o desde territorio no preparado, se ajusta a varios perfiles de misión presentes en el planeamiento actual de, por ejemplo, no pocas marinas de guerra, entre ellas la española. Operaciones en el flanco sur, misiones avanzadas en el mar Báltico o despliegues en entornos con acceso aéreo limitado podrían beneficiarse de una plataforma de este tipo.
Sin embargo, existen también desafíos claros que el fabricante debe superar. El sistema se encuentra aún en una fase de desarrollo y validación. Su incorporación en ecosistemas de mando y control OTAN, así como su compatibilidad logística y doctrinal con flotas europeas, requerirá de adaptaciones, qué duda cabe, pero la base es prometedora. A ello se suma el debate recurrente sobre la autonomía industrial y la dependencia tecnológica respecto a sistemas desarrollados íntegramente en Estados Unidos.
El X‑BAT de Shield AI representa un paso significativo en el desarrollo de cazas no tripulados con capacidad de despegue vertical, autonomía total de misión y arquitectura modular. Aún en fase preoperacional, su evolución deberá seguirse de cerca en el marco del desarrollo de capacidades aéreas futuras de la OTAN. Si logra cumplir las prestaciones anunciadas y demuestra viabilidad en ejercicios y despliegues reales, se consolidará sin lugar a dudas como una herramienta de alto valor táctico en los próximos escenarios de conflicto. Su aplicación en entornos marítimos, avanzados y altamente contestados lo convierte en un sistema a considerar por parte de los estados miembros, especialmente aquellos con proyección naval o compromiso con operaciones expedicionarias.
DYS quiere agradecer expresamente la colaboración de Joaquín Garrido en este artículo.

