El submarino invisible: así se convirtió la tecnología BEST en la furtividad naval más avanzada de Europa
Parte I: la odisea de la ingeniería española y el desafío de la soberanía industrial
El submarino de la clase S-80 Plus, o clase Peral, representa el programa de defensa más complejo y ambicioso jamás emprendido por la industria española. Su historia es una crónica de perseverancia que trascendió graves desafíos de ingeniería y feroces litigios geopolíticos, consolidándose como un producto de exportación puntero y un símbolo de autonomía tecnológica nacional.
Dotación del Narciso Monturiol (S-82)
-Cronología de resiliencia y enfrentamiento geopolítico
El proyecto se inició oficialmente en 2004, pero pronto se vio inmerso en una profunda tensión. Desde 2008, la decisión de Navantia de desarrollar el S-80 en exclusiva, junto con la elección de un sistema de combate estadounidense, generó una fricción con su socio en el programa Scorpène, la compañía francesa DCNS (hoy Naval Group).
Esta tensión escaló dramáticamente en 2009 cuando DCNS interpuso una demanda de plagio en París. Navantia defendió con éxito que el S-80 era un diseño fundamentalmente diferente y de mayor envergadura, logrando resistir la presión francesa que buscaba la disolución de la sociedad conjunta y la exclusión de España de futuros consorcios navales europeos.
-La crisis del rediseño
El momento más crítico para la ingeniería llegó en 2013. Los cálculos arrojaron una desviación crítica en el control de pesos, con un exceso de entre 75 y 100 toneladas, comprometiendo fatalmente la estabilidad del buque. Este revés obligó a la detención del programa y a un rediseño fundamental.
Entre 2013 y 2016, Navantia recurrió a la consultora estadounidense General Dynamics Electric Boat (GDEB) para corregir el problema. La solución técnica fue un rediseño que obligó a alargar el casco de 71.5 a 81 metros de eslora, añadiendo una sección para compensar el exceso de peso. Este proceso de reinvención dio origen a la clase S-80 Plus. Finalmente, en 2023, el S-81 (Isaac Peral) fue entregado a la Armada Española, marcando el cierre definitivo de la crisis.
Parte II: el triunfo tecnológico y la proyección internacional
-El liderazgo del AIP de tercera generación
El punto de inflexión del S-80 Plus es su avanzado sistema de Propulsión Independiente de Aire (AIP), una tecnología desarrollada íntegramente por la industria española. Navantia desarrolló la tecnología BEST (Bio-Ethanol Stealth Technology), pionera en su tipo.
Sistema AIP/BEST – de Navantia
Esta innovación utiliza un reformador de bioetanol para generar hidrógeno a bordo, eliminando los riesgos logísticos del almacenamiento de gas. Este proceso permite al submarino operar hasta 20 días en inmersión total sin usar el snorkel. Esta capacidad confiere al S-80 una furtividad sin precedentes, dotándolo de prestaciones cercanas a las de un buque nuclear en términos de autonomía bajo el agua. La instalación y pruebas del AIP en el tercer submarino, el S-83 (Cosme García), en 2024 confirma la versión definitiva de exportación.
Armamento y capacidad ofensiva
La capacidad ofensiva se articula en torno a seis tubos lanzatorpedos de 533 milímetros, con capacidad para albergar hasta 18 torpedos y misiles:
• Torpedo de combate: DM2A4. Torpedo pesado fire-and-forget guiado por fibra óptica, con un alcance superior a 50 kilómetros.
• Misil Antisuperficie: NSM (Naval Strike Missile) – Integración Estratégica.
o Tipo y Características: Misil de crucero de quinta generación, sigiloso y diseñado para ataques antibuque y objetivos costeros. Se ha convertido en la opción prioritaria tras el cese del programa Harpoon submarino.
o Integración: El NSM requiere la variante NSM-SL (Submarine Launched), que se dispara a través de los tubos lanzatorpedos utilizando una cápsula protectora. Navantia está liderando el estudio técnico para completar esta integración y dotar al S-80 de una capacidad de ataque stealth sin igual.
• Capacidad Futura: Misil de Ataque a Tierra (TLAM). El diseño cuenta con la previsión estructural y electrónica para integrar el misil de crucero Tomahawk.
Lanzamiento de Tomahawk desde submarino de la Us Navy
Parte III: la Jugada maestra: el S-83 y el concurso ‘Orka’ de Polonia
La recta final del programa polaco de submarinos ‘Orka’ ha puesto sobre la mesa una estrategia audaz: la posible cesión o venta acelerada del submarino S-83 (Cosme García), actualmente en construcción. Esta fórmula busca satisfacer la necesidad urgente de Varsovia de contar con un sumergible de última generación antes de 2030.
El S-83 como acelerador estratégico
Polonia, inmersa en una acelerada modernización militar en el Báltico, requiere sustituir su obsoleto ORP Orzeł. El candidato ideal es el S-83 porque está siendo construido para incorporar el sistema AIP desde su diseño inicial. Su capacidad para ofrecer una autonomía sumergida superior a 30 días es crucial para operar en las aguas litorales del Báltico.
La estrategia de la «cesión» —transferir una unidad propia al cliente exportador y ordenar una nueva unidad de reemplazo para la flota española— ya ha sido empleada con éxito por la industria naval italiana y se considera un factor «clave» para desbancar a la competencia.
Competencia feroz y compromiso de soberanía
Navantia compite contra Alemania (Tipo 212CD), Suecia (A26 Blekinge), Francia (Scorpène) e Italia (U212 NFS).
Para ganar, Navantia ha reforzado su oferta con una Carta de Intenciones firmada con el grupo industrial polaco PGZ, subrayando el compromiso con la transferencia de tecnología y el soporte local. Esta estrategia responde directamente a la demanda de soberanía tecnológica del país comprador.
El proyecto S-80, que generará empleo para más de 6.000 personas y un impacto anual en el PIB superior a los 250 millones de euros, ha validado la apuesta por la autonomía industrial, demostrando que la ingeniería española ha alcanzado el liderazgo mundial en tecnología naval.
J. Víctor Fauli
defensayseguridad.es
Un comentario
No veo muy lógico el ceder el primer submarino con AIP a Polonia, ya que dicho submarino es el primero con dichas capacidades y necesita de mayor número de pruebas y ensayos. Además de que obligas a la Armada a estar mucho mas tiempo con capacidades mermadas.
Lo mas lógico seria ofrecer el S84, que ya está en construcción, dado que dejas a la primera unidad AIP asegurando sus capacidades, y si sale algun problema se subsana en casa, que ofrecer esa inseguridad a un cliente de exportación. De esta forma podemos asegurar el tener 4 submarinos en la flota (aunque el S71 Galerna está ya en sus últimos viajes) a la espera del sustituto del S84 original, y ojalá la ampliación de la clase en al menos 2 unidades más