Los Flight III: destructores sin destino conocido en una Armada aún sin planes definidos.
De momento, maqueta

El majestuoso diseño del Flight III de Navantia. Foto: Navantia
Una maqueta ambiciosa revelada hace unos años en Australia sigue captando miradas y atenciones en el sector naval. Y no es para menos, el juguete lo merece. Bajo el nombre Flight III, Navantia presentó un concepto que quiso reunir lo más ambicioso de su solvencia constructiva con una visión moderna, de gran escala y poderosa.
Según el documento oficial difundido por Navantia en su filial australiana, el diseño Flight III se caracteriza por:
-Un puente de combate integrado y modular (“SMART Operative Spaces Combat Bridge”) y un centro de combate de vanguardia.
-Capacidad para integrar vehículos no tripulados de superficie y subsuperficie (USV, UUV), así como módulos modulares de guerra antisubmarina.
-Un lanzador vertical (VLS) con hasta 128 celdas, una capacidad de fuego no vista en buques europeos contemporáneos.
Adicionalmente, medios especializados estimaron que el buque tendría unas dimensiones formidables: aproximadamente 165 m de eslora, una manga de 21 m, y un desplazamiento en torno a las 10 200 toneladas, más cercano a un destructor o crucero que a una fragata clásica, por más que las actuales ya suelen estar, o superar, en las 6.000 toneladas.

Smart 8000. Foto: Navantia.
Los analistas australianos lo describieron en su día como un “Tier 1 combatant” destinado a proporcionar una potente capacidad antiaérea, anti-superficie y de ataque, y con reservas claras para integrar tecnologías futuras como láseres y drones.
Jesús M. Pérez de Triana, hace 2 años, en elconfidencial.com , ya nos dio una de las primeras reseñas de un navío que, por fuerza de su tamaño y capacidades, no dejaba a nadie indiferente, al menos en España, acostumbrados como estamos a buques de mucho menor tonelaje y letalidades. «Estamos ante el buque de combate más capaz que haya salido de la mente de los ingenieros de Navantia. Diferentes detalles dan cuenta de que está pensado teniendo en cuenta los futuros saltos tecnológicos en el campo de la guerra. Así, está dotado de 128 pozos de misil y además está pensado para albergar tanto drones aéreos como submarinos. El sistema de propulsión permitiría, además, alimentar futuras armas de energía.»
Rumores en el estuario español: ¿dos Flight III para la Armada?
En contraste con el vigorizado en plazos programa F-110 para la Armada -fragmentado y en construcción en Ferrol, proyectando 5 unidades con avances significativos en diseño, sensorización integrada, gemelo digital y una capacidad multisensorial puntera- se desliza un rumor sugerente: la posibilidad de encargar dos unidades Flight III como evolución o complemento a la avanzada a la F 110.
Se trataría, de confirmarse, de una noticia sorprendente: sumar al panorama nacional navíos de tipo superior, dotados de mayor desplazamiento, mayor capacidad de munición vertical (128 VLS frente a las 16 de las F 110, o las 48 de las Bazán), y un mayor margen para futuras tecnologías. Obvio es que puede ser perfectamente cuestionable un optimismo desbordado, siquiera modesto, por cuanto venimos de una sequía de 40 años en lo que a destructores se refiere en la Institución.

Perfil del Flight III. Foto: Navantia
¿Entre la expectación y el realismo?
Podemos medir este rumor con dos prismas:
Expectación legítima: España podría anticiparse al futuro naval europeo y acentuaría un liderazgo tecnológico creando un buque de escolta potente y versátil en términos de disuasión y multipropósito; poco que ver con el resto de navíos de otras marinas europeas. Los clase Daring, de la Armada británica, serían lo único parecido a efectos de desplazamiento, pero nada más. El crisol tecnológico de los Flight III dejaría muy atrás al respetable navío británico.
Realismo industrial y presupuestario: La F 110 ya se encuentra en plena fase de construcción para esas 5 unidades previstas, con una estructura de costes, logística y plazos claramente comprometidos. Integrar el Flight III implicaría desviar recursos (diría que casi «inventar recursos»), rediseñar capacidades, y plantearse nuevas infraestructuras y entrenamiento. Además, de extenderse la serie, lo haría probablemente en líneas similares a las proyectadas por las Bonifaz, quizá con mayores perspectivas antiaéreas (extensión de los pozos VLS), pero poco más.
Conclusión: entre el prototipo visionario y la realidad naval española
El Flight III emergió como un buque formidable en escala y capacidades: 165 m, 10 200 t, 128 VLS, integración de drones y sistemas de combate modulares. Todo ello lo convierte en un diseño muy superior a la actual fragata F 110, a las F-100, y a todo lo que podamos reseñar aquí, porque hablamos de un navío por encima de lo conocido en España y Europa.
Sin embargo, la Armada ya cerró su apuesta por las F 110 como columna vertebral moderna y creíble (pese al intenso debate en torno a sus 16 celdas), de su futura capacidad antisubmarina. Todo lo más, una extensión de otras 2, pero, insisto, en términos parecidos, sin demasiado riesgo de diseño. El rumor sobre la incorporación de 2 Flight III puede, por un lado, inspirar entusiasmo y ambición, y por otro, generar escepticismo sobre su viabilidad real.
Sin planes cerrados sobre la planificación de la Armada, porque, seamos honestos, nada se sabe con certeza del Armada 2050, ni de las F-120, ni de los Smart 8000, ni de los S-90, ni de los CATOBAR, será difícil contemplar la maqueta del Flight III con poco más un suspiro y un entusiasmo contenidos. El cóctel ya lo conocemos, pero estamos a la espera de que nos lo sirvan: planificación estratégica, presupuesto disponible y voluntad política nacional. Sin esos 3 ingredientes será imposible concretar sueños de mayor envergadura. Se trata de una fascinante propuesta en maqueta, otra cosa será su devenir en buque.
Jorge Estévez-Bujez
defensayseguridad.es


3 respuestas
Lo importante y realista serían 7 F-110 y 6 S-80….
Pero él mundo es de los Osados… Sí la SMART 8.000 está bien diseñada, pués «pálante» y que los demás lo vean.
Pensándolo fríamente y tal vez con una reducción de celdas, xq sería un despilfarro llevar tanto misil, como si estos fueran eternos o la velocidad q avanza la tecnología, no quedar obsoletos en unos años, a no ser q los fabriquemos tb nosotros y los vayamos actualizando y dejar celdas vacías, salvo q haya q intervenir en un conflicto, este navío no deja de ser la suma de las capacidades de las F-100 con las F-110, y dado q cada vez cuesta más contar con un mínimo de tripulación, centralizarlo todo en unos pocos buques, muy capaces y altamente automatizados, alrededor de un buque con ala embarcada. Algún navío de desembarco, sin olvidar los tipos Galicia o Castilla. Con una flotilla de submarinos modernos.
Hay una realidad dolorosa, España cada vez
cuenta con menos disuasión efectiva,
contra países como Marruecos, pero un par de navíos así, con misiles de ataque a tierra, si q serían una preocupación.
Si se le sumas, un par de submarinos, con capacidad de ataque a tierra, mediante celdas verticales y no solo por los tubos lanzatorpedos, q limita mucho la cantidad y capacidades de los misiles de ataque a tierra, con ese puñado de F-35B, embarcados o incluso algun F-35A, q pueda salir de bases de tierra, para inutilizar la mayor cantidad de defensas aéreas, solo un loco se le ocurriría intentar invadir Ceuta, Melilla o las Canarias.
Siempre corres el peligro, de q hundirte uno, es perder una gran parte de tus capacidades. Pero tb, tener todo distribuido en muchos buques más pequeños y más específicos, sin la capacidad real de tener personal para todos, te lleva a tener buques en tierra.
Por otra parte, nos puede salir un caro desastre, como el destructor Zumwalt americano, demasiado avanzado y demasiado caro, con problemas q lastran su operatividad, en tiempos de paz, como una excesiva furtividad, q hace peligroso navegar en zonas transitadas, xq los demás buques, solo detectan un pequeño navío y no un gran destructor, teniendo q poner medios externos para aumentar su forma radar.
Sería lo ideal para esas futuras F110 extra. Lo que está claro es que la Armada española con su plan naval, sabe lo que quiere.