Los F‑35 británicos no tendrán capacidad de ataque a tierra en, al menos, 5 años más
El reciente informe del National Audit Office (NAO) relativo al programa de los cazabombarderos F‑35B Lightning II del Reino Unido revela que éstos continuarán sin disponer de un arma de ataque a tierra de alcance seguro durante varios años. En concreto, el documento señala que no se espera alcanzar esta capacidad hasta principios de la década de 2030.

Carencia de “arma standoff”
El informe destaca que el Ministerio de Defensa (MoD) británico reconoce que su flota de F‑35 carece de un arma de ataque terrestre desde una distancia segura —lo que se conoce como «standoff weapon»”. Esa carencia es calificada como una limitación clave para operar en entornos con defensas enemigas avanzadas.
Según el informe, el sistema elegido por el Reino Unido —la munición de crucero SPEAR 3— está en desarrollo, pero su integración en los F‑35 británicos no estará completada hasta principios de los años 2030. En lo que respecta al estándar operativo completo (FOC) declarado de la flota británica, el NAO señala que no incluye esta capacidad de arma de largo alcance, lo que implica que, técnicamente, la flota no estará «completa» hasta que ese sistema esté operativo.
Contexto del programa del Reino Unido
El Reino Unido está adoptando la versión de despegue corto y aterrizaje vertical (STOVL) del F‑35, el F‑35B, además de planificar la incorporación en los próximos años de la versión F‑35A. Sin embargo, el propio NAO subraya que los criterios que el MoD ha utilizado para declarar «capacidad operativa completa» no evitan ni visibilizan esta importante laguna táctica.
La demora en la integración del SPEAR 3 y el hecho de que la flota aún dependa de bombas guiadas de caída libre o de alcance limitado para misiones de ataque a tierra dejan al Reino Unido con una capacidad de ataque terrestre más reducida de lo previsto inicialmente. De hecho, el riesgo es mayor si se considera un escenario de alta contención, donde la misión podría requerir lanzar municiones desde fuera del alcance de defensas enemigas sofisticadas.
Implicaciones operativas y estratégicas
Que los F‑35 británicos no cuenten con una capacidad de ataque a tierra de largo alcance durante varios años tiene varias implicaciones relevantes, como la limitación en escenarios contestados; pero no solamente: sin arma standoff, la flota británica de F‑35 quedará más expuesta al operar en entornos donde las defensas aéreas y antiaéreas del adversario dispongan de buen alcance y cobertura, pese a que no fueran entornos contestados radicales. Todo ello creará una dependencia de soluciones interinas: el MoD ya está evaluando opciones —como bombas de diámetro reducido u otras armas existentes— hasta que SPEAR 3 esté disponible.
Lo cierto es que ante este retraso frente a expectativas, el programa del Reino Unido, que asumía una integración más temprana de esta munición de crucero, acepta que la demora puede afectar la percepción de la flota como «plena generación 5ª» en cuanto a capacidad de ataque terrestre.
El análisis del NAO pone sobre la mesa un hecho claro: la flota británica de F‑35 no podrá ejecutar misiones de ataque a tierra desde una distancia segura hasta, como mínimo, los primeros años de la década de 2030. Así, aunque los F‑35 británicos cuentan con altas prestaciones en términos de sigilo, sensores y aviónica, su capacidad de ataque terrestre quedará menos dotada de lo previsto inicialmente durante al menos 5 años más (probablemente sean más). Esta situación exigirá del MoD británico una gestión cuidadosa de expectativas, planificación de capacidades provisionales y transparencia -algo no tan sencillo- acerca de cuándo realmente la flota alcanzará lo que se entiende por «plena operatividad» en todas sus funciones.
Redacción
defensayseguridad.es

