Copenhague blinda Groenlandia: 7.000 millones y fragatas antiaéreas como aviso a la ambición externa
Foto: El HDMS Triton, de la flota de fragatas clase Thetis de la Marina Real Danesa, patrulla las aguas de Groenlandia (OTAN)
La lucha por el control del Ártico se está acelerando y es más arriesgada que nunca. Las tensiones aumentan en la cima del mundo. El presidente estadounidense, Donald Trump, quiere Groenlandia; Rusia está modernizando sus bases militares en el Ártico y se están desenmascarando espías. Este contexto de máxima tensión geopolítica, donde el equilibrio de seguridad se rompe día a día, es el telón de fondo del rearme naval y aéreo sin precedentes de Dinamarca.
El país nórdico inyectará casi 7.000 millones de euros (aproximadamente 7.500 millones de dólares) extra a su defensa durante 2025 y 2026, elevando su gasto militar al 3,2% del PIB.
El objetivo es claro: transformar su capacidad militar para enfrentar «amenazas en el mar diferentes y mucho más graves que hace unos años«, según el Ministro de Defensa, Troels Lund Poulsen.
El Eje de la Tensión: soberanía y geopolítica del Hielo
La geopolítica del Ártico, vista desde la parte superior del globo, explica por qué la región es fundamental. Tal como lo explican los expertos, «Groenlandia es básicamente un seguro físico para el territorio estadounidense«, siendo la ruta más rápida para el ataque. Esto explica el persistente interés de Washington en adquirir el territorio, al que considera «crítico» para su seguridad nacional y para sus sistemas de alerta temprana (BMEWS) en bases como Pituffik (Thule).
Foto: base EE.UU
Esta ambición, junto con el aumento de la asertividad rusa en la península de Kola y el incremento de la influencia china (la «Ruta de la Seda Polar»), ha obligado a Copenhague a adoptar medidas políticas y militares contundentes.
• Maniobras sin el Aliado: El mayor ejercicio militar en la historia moderna de Groenlandia, Arctic Light 2025, se llevó a cabo en septiembre con la participación de fuerzas de Dinamarca, Francia, Alemania, Suecia y Noruega, pero excluyendo al ejército de Estados Unidos. Este gesto fue interpretado como un mensaje directo de Copenhague sobre su capacidad para defender el territorio con sus aliados europeos de la OTAN.
Foto: Fuerzas militares danesas participan en un ejercicio militar con cientos de tropas de varios países europeos miembros de la OTAN en el océano Ártico, en Nuuk, Groenlandia, el lunes 15 de septiembre de 2025. Foto AP/Ebrahim Noroozi
• Presencia reforzada: Se establecerá un nuevo cuartel general del comando ártico en Nuuk, la capital groenlandesa, junto con una nueva unidad militar.
Inversiones clave y el dilema de la dependencia
La inyección total de fondos se destina a una reorientación estratégica de la defensa, con foco en el Ártico y la capacidad antiaérea, sumando una inversión de 4.200 millones de dólares para seguridad ártica y 4.500 millones de dólares para 16 aviones F-35 adicionales (llevando la flota total a 43).
Una paradoja geopolítica: El dilema del F-35
Dinamarca se indignó cuando informes recientes señalaron que Estados Unidos había intensificado sus esfuerzos de recopilación de inteligencia sobre Groenlandia, un aliado de la OTAN. El Primer Ministro danés protestó: «No se puede espiar a un aliado«. Sin embargo, la multimillonaria inversión en el F-35 introduce una seria contradicción. Estos aviones de fabricación estadounidense dependen del software, las actualizaciones y el sistema logístico centralizado (ALIS/ODIN) gestionado por Lockheed Martin y el Pentágono.
Expertos y políticos daneses han advertido que esta dependencia tecnológica expone al país al riesgo de que Washington pueda vetar el uso de los aviones en un conflicto, o incluso inhabilitarlos de forma remota («kill switch») mediante el corte de actualizaciones o piezas. Este control externo no solo limita la autonomía política y operacional de Dinamarca, sino que reduce su capacidad de acción militar en caso de hostilidad o desacuerdo con un socio que ya ha demostrado su falta de fiabilidad.
Foto: Lockheed Martin F-35
La renovación naval estratégica
La renovación naval se estructura en torno a una combinación de construcción local y adquisición de alta tecnología:
1. Fragatas y armamento antiaéreo (largo plazo)
La prioridad es aumentar la capacidad de combate antiaéreo con la adquisición planificada de nuevas fragatas de defensa antiaérea.
• Opciones de Fragatas: Dinamarca negocia activamente la adquisición de la fragata británica Tipo 31, cuyo diseño se basa en la fragata danesa Iver Huitfeldt.
• Video:
https://m.youtube.com/watch?v=t9VayFudtyQ&pp=0gcJCRsBo7VqN5tD#bottom-sheet
• Armamento Clave: La flota futura se basará en misiles de defensa de área como el SM-2 IIIA y el ESSM (Evolved Sea Sparrow Missile). Estos se integrarán con complejos radares de vigilancia de largo alcance (como el Thales SMART-L y APAR) para proporcionar una cobertura antiaérea robusta, esencial para la disuasión en el Báltico.
2. Buques Árticos y Defensa Submarina
Los recursos se han liberado para la adquisición de plataformas dedicadas a operar en las inmensas distancias del Atlántico Norte y el Ártico:
• Buques Polivalentes: Se destinarán 2.000 millones de dólares a la adquisición de tres nuevos buques específicos para el Ártico, que reemplazarán a cuatro fragatas obsoletas, junto con dos drones de largo alcance para vigilancia marítima. Estos buques están diseñados para una gran autonomía y capacidad de Búsqueda y Rescate (SAR).
• Defensa submarina crítica: Se financiará la vigilancia de infraestructuras submarinas críticas (cables de comunicación y energía). Esto incluye la adquisición de un buque capaz de operar Vehículos Submarinos No Tripulados (UUVs), crucial para detectar y monitorear operaciones de sabotaje.
Foto: Kongsberg Marítimo
3. Construcción Local y Apoyo Logístico
• 21 Embarcaciones Locales: Una inversión de más de 480 millones de euros ($520 millones) se destinará a la adquisición de 21 nuevas embarcaciones de construcción local para la Defensa Interior Marítima (patrulla costera, seguridad de instalaciones y SAR), asegurando un rápido apoyo a la flota.
• Vigilancia y Conectividad: Se comprará un radar de alerta temprana y se financiará un cable submarino para conectar Groenlandia y Dinamarca, asegurando la seguridad y redundancia en las comunicaciones.
La Opción de Navantia en la Cooperación Europea
Aunque Dinamarca se inclina por diseños británicos para sus futuras fragatas, la estrategia de rearme abre vías para la colaboración con la industria europea, como Navantia:
• Corbeta Europea (EPC): Navantia es parte del consorcio industrial del programa de la Corbeta Modular y Multipropósito de Patrulla (MMPC), proyecto cofinanciado por la Unión Europea en el que Dinamarca participa. Esto facilita una colaboración natural para el desarrollo de futuras embarcaciones de vigilancia.
Fotos: Programa de Corbetas de Patrulla Europeas (EPC) se centra en la creación de nuevos buques de clase corbeta capaces de afrontar diversas misiones futuras.
• Transferencia de Tecnología: Navantia podría ofrecer sus diseños avanzados, como la fragata F-110, o participar en la integración de sistemas en los buques daneses, especialmente en el área de sistemas de combate y gestión de vehículos no tripulados.
Con esta masiva inversión, Dinamarca no solo cumple con sus obligaciones de la OTAN, sino que envía una clara señal al mundo: la soberanía de Groenlandia será defendida con una capacidad militar renovada y la ayuda de sus socios europeos.
J.Victor Fauli
defensayseguridad.es