Indra toma aún más el control y se responsabiliza del montaje final en la antigua Duro Felguera del Dragón VCR8x8

Dragón en Feindef 25. Foto: Jorge Estévez-Bujez
El programa VCR 8×8 “Dragón” da un paso sustancial y novedoso en su reconfiguración industrial. Según informa Iván González en El Español, el Ministerio de Defensa ha adjudicado a General Dynamics European Land Systems (GDELS) un contrato de 14,3 millones de euros para la formación de empleados de Indra y la transferencia tecnológica que permitirá a la compañía española asumir el montaje final de los vehículos en sus instalaciones de Tallerón (Trubia, Asturias).
La operación, publicada en la Plataforma de Contratación del Estado el pasado 31 de julio, quiere constituirse como un movimiento estratégico para consolidar la soberanía industrial del programa Dragón, uno de los pilares de la modernización del Ejército de Tierra. Hasta ahora, el ensamblaje final de los vehículos estaba en manos exclusivas de GDELS-Santa Bárbara Sistemas (SBS), pero la nueva hoja de ruta impulsada por Defensa busca redistribuir capacidades entre las empresas del consorcio TESS Defence, en el que participan Santa Bárbara, Indra, Sapa y Escribano.
Con este contrato, GDELS-SBS deberá impartir un plan de formación integral que incluirá procesos de montaje, integración de sistemas y aseguramiento de calidad, asegurando que Indra pueda asumir la cadena final de ensamblaje de al menos una parte de las 348 unidades previstas en la primera fase de producción.
Reequilibrio en el consorcio TESS Defence
El contrato, de carácter plurianual, responde a la necesidad de reequilibrar el peso industrial entre los socios de TESS Defence, después de años de tensiones internas y reclamaciones por parte de Indra y otros socios para asumir mayores cargas de trabajo. La decisión de trasladar parte del montaje al Tallerón no es menor: supone una descentralización de la capacidad productiva, que hasta ahora se concentraba en la fábrica de GDELS en Trubia.
Fuentes consultadas por El Español indican que este movimiento no solo permitirá a Indra mejorar su posición en el reparto de tareas, sino también avanzar en la integración de sus sistemas de misión, comunicaciones y guerra electrónica directamente en la cadena de montaje, sin depender de procesos posteriores o subcontrataciones.
Además, la decisión encaja con los planes del Ministerio de Defensa de reforzar las capacidades nacionales en sectores estratégicos, alineándose con las directrices del PERTE de Defensa aprobado en 2024.

Dragón, en Feindef 25. Foto: autor
Con la adjudicación de este contrato, el programa Dragón deberçía dar un paso importante hacia su industrialización completa en España. Hasta ahora, las entregas iniciales de vehículos estaban sujetas a plazos condicionados por la capacidad de GDELS-SBS de absorber la carga de trabajo en sus instalaciones, y por una serie de problemas, nunca revelados abiertamente hasta la fecha, que han lastrado no sólo las entregas de vehículos, sino la credibilidad del Programa, hasta convertirlo en más que dudoso y, a decir de muchos, en el trance de merecer ser cancelado.
Ahora, con la entrada en escena de Indra como centro de montaje final, deberían agilizarse los ritmos de producción, además de diversificar la capacidad industrial, reduciendo riesgos asociados a cuellos de botella logísticos o saturaciones productivas.
Este contrato también refuerza la posición de Indra en el seno de TESS Defence, cuyo control tomó hace escasos meses y que durante años ha reclamado un papel más relevante en la fase de producción, más allá de su tradicional responsabilidad en los sistemas de comunicaciones y electrónica. La transferencia de know-how, según detalla El Español, se desarrollará en varias fases, comenzando con la formación técnica de empleados de Indra en los procesos de ensamblaje del vehículo, para culminar en la habilitación completa del Tallerón como línea de montaje homologada.
Este movimiento, más allá del posible impacto en el Programa Dragón, que podría ver aceleradas sus entregas -más valdría aquí hablarse de “iniciar” las entregas-, hace que Indra establezca al fin su capacidad de ensamblar vehículos blindados. El contrato a GDELS-SBS para formar a Indra en este cometido quizá marque un punto de inflexión en la industrialización del Dragón, pero es pronto para adelantar nada. Son años de retraso, de anuncios que languidecen y entregas que no se concretan nunca.
Redacción
defensayseguridad.es

