El jefe de Defensa surcoreano calma los temores de retirada de tropas estadounidenses

Destructor coreano Aegis
El reciente pronunciamiento del ministro de Defensa de Corea del Sur, Ahn Gyu‑back, frente a la prensa —en el que calificó de “infundadas” las especulaciones sobre una reducción o retirada de los aproximadamente 28.500 efectivos estadounidenses en la península— da idea de la tensión latente dentro del eje Seúl‑Washington y, a la vez, subraya la determinación surcoreana por reforzar su autonomía defensiva y su industria militar, bajo la sabia directriz de que las amistades son valiosas, pero la precaución es la clave.
«Las palabras ‘reducción’ o ‘retirada’ ni siquiera se consideran», afirmó Ahn, haciendo referencia a que no había escuchado a líderes o legisladores estadounidenses plantear tal opción.
Alianza sólida… pero bajo presión
El ministro Ahn aludió a principios de este mes al hecho de que Estados Unidos mantiene instalaciones de gran envergadura en Corea del‑Sur —como las bases de Pyeongtaek y Osan, que cubren más de 24 millones de metros cuadrados— para subrayar el compromiso a largo plazo de Washington. Este dato, en términos estratégicos, aporta un elemento tangible, insoslayable, de permanencia de la presencia militar estadounidense. Sin embargo, el contexto revela matices de inquietud: la intensa orientación de la política exterior estadounidense hacia el Indo‑Pacífico y la China continental, junto al alza en las exigencias de carga financiera hacia los aliados, han generado en Seúl una sensación de vulnerabilidad. Ahn explicitó que el reciente acuerdo de cost‑sharing (compartición de costes) no es reversible, lo que indica que Corea del‑Sur acepta una creciente responsabilidad financiera como parte de la alianza. En cualquier caso, y precisamente mientras el foco esté en el crecimiento y expansión chinos en todos los órdenes, consideramos que la presencia norteamericana en Corea seguirá estando garantizada.
Aumento del gasto de defensa: del 8 % en adelante
Paralelamente, Seúl ha señalado una cifra porcentual de gasto en Defensa, que en Europa habría desbaratado a casi cualquier gobierno que la mencionara años atrás; así, elevará de modo “inevitable” su gasto en defensa en torno al 8 % anual, lo que le llevará a duplicarlo en poco más de una década —hay que recordar que Corea se mueve en torno al 2.8 %, según datos de 2023—.
A decir del propio Gobierno, este aumento no se hace para “complacer” a Washington, sino para atender sus propias necesidades de seguridad: la eventual transferencia del control operativo en tiempos de guerra (OPCON) desde Estados Unidos, la intensificación de la amenaza nuclear y de misiles de Corea del Norte, y el fortalecimiento de la autonomía industrial militar. No en vano, el presupuesto de defensa de Corea del‑Sur para 2026 se eleva a 66,3 billones de wones (≈47.100 millones de USD), lo que representa un aumento del 8,2 % respecto al año anterior. Asimismo, algunos analistas locales señalan que el presupuesto de defensa total para el quinquenio 2021‑2025 ya habían alcanzado los 222.000 millones de dólares, cifras que hablan por sí solas y apuntan a un claro auge del gasto militar, acorde al clima regional de intensificación de amenazas.
Autonomía industrial y defensiva: eje estratégico
El discurso de Seúl no sólo recurre al gasto, sino también al desarrollo de capacidades propias. Sobra decir que el máximo exponente de su impulso industrial y militar, aunque no el único, es el caza furtivo de 4,5 generación KF‑21 Boramae, desarrollado localmente, y sobre el que hemos tratado aquí con amplitud. Esta voluntad de autosuficiencia respondería a dos imperativos: reducir la dependencia tecnológica exterior y reforzar la disuasión frente al Norte.

Retos y matices operativos
Pese al optimismo diplomático, hay varios elementos que merecen atención crítica:
- La transferencia del control operacional (OPCON) desde EE.UU. a Corea del‑Sur sigue siendo un desafío técnico, logístico y político. Ahn la calificó como “sistémica, estable y proactiva”, pero también aclaró que el número de tropas estadounidenses no figura como tema de negociación dentro del tratado de defensa mutua.
- Aunque Ahn rechazó la suspensión unilateral de ejercicios conjuntos cerca de la frontera intercoreana —como los que se reanudaron con fuego real—, el contexto diplomático de Seúl reactivar el pacto de reducción de tensión de 2018 se ha encallado. Esto plantea una dualidad entre disuasión activa y diplomacia intercoreana.
- La cooperación militar entre Corea del‑Norte y Rusia, denunciada por Ahn («aproximadamente 16.000 soldados norcoreanos en Rusia desde el año pasado, ingenieros entre ellos») intensifica la urgencia surcoreana para modernizarse. El intercambio de tecnología —aunque no se trate de la más sensible para Moscú— es motivo de alarma en Seúl.
Conclusión
El ministro Ahn Gyu‑back busca calmar los temores de una retirada estadounidense, reafirmar la alianza con los Estados Unidos y, al mismo tiempo, sentar las bases para un salto cualitativo en la defensa surcoreana: gasto creciente, autonomía industrial, y doctrina de disuasión reforzada. Corea del Sur se dispone ya, bajo la administración del presidente Lee Jae‑Myung, a asumir un papel más activo como garante de su propia seguridad, en un entorno regional caldeado como pocos. En ese escenario, la alianza con Estados Unidos se muestra, aún hoy, como pilar indispensable, pero ya no la única variable de la ecuación estratégica surcoreana.
Redacción
defensayseguridad.es

