Canadá acepta los primeros 16 cazas F-35, pero mantiene bajo revisión el resto del programa
Foto: F-35. La Presse canadienne / Adrian Wyld
El portal especializado flightglobal.com confirmaba ayer que el gobierno de Canadá ha decidido avanzar con la adquisición de 16 aviones de combate F-35A Lightning II, como parte del contrato suscrito con Lockheed Martin, mientras mantiene bajo revisión la compra de los 72 restantes que conformaban el plan original de 88 aeronaves.
La información se basa en declaraciones del Ministro de adquisiciones de defensa, Stephen Fuhr, recogidas por la web y atribuidas a una entrevista con CBC, el medio público canadiense. Fuhr habría señalado que el país está contractualmente comprometido con esos 16 aparatos iniciales, los cuales ya se encuentran en distintas fases de producción. En contraste, la continuidad del programa completo, inmerso en una importante polémica desde la llegada de Trump al poder en su segundo mandato, y fruto de las tiranteces diplomáticas surgidas entre Ottawa y Washington, sigue siendo evaluada en el marco de una revisión estratégica más amplia sobre el futuro de las Fuerzas Armadas canadienses y su relación con los sistemas de armas de origen estadounidense.
El coste estimado de estos primeros 16 F-35 -según fuentes citadas por globalnews.com y la agencia reuters- asciende a aproximadamente 7.000 millones de dólares canadienses, cifra que incluye no sólo las aeronaves, sino también equipo asociado, armamento y soporte logístico.
La adquisición de los F-35 forma parte de un proceso de modernización de largo plazo de la Real Fuerza Aérea Canadiense (RCAF), con el objetivo de reemplazar su envejecida flota de CF-18 Hornet. No obstante, como decimos, factores no sólo presupuestarios -recordemos que el Programa se ha encarecido un 45% desde su aprobación-, diplomáticos y, en menor medida, técnicos, han llevado al gobierno canadiense a reevaluar el alcance del programa original.
Por ahora, Ottawa confirmaría su intención de recibir los primeros 16 cazas, sin que ello implique un compromiso inmediato sobre el resto del lote. La decisión final sobre los 72 aparatos restantes se tomará tras concluir la revisión de defensa actualmente en curso.
La política de adquisiciones de defensa de Canadá busca equilibrar capacidades militares avanzadas con sostenibilidad presupuestaria pero, sobre todo, trata de encontrar una menor dependencia de su vecino del Sur, lo que, en la práctica, se antoja más que desafiante, toda vez que los EE.UU. son el proveedor de referencia de Ottawa con hasta el 80%, según algunas fuentes, de los equipos militares canadienses de esa procedencia.
Redacción
defensayseguridad.es
Un comentario
Trump ha hecho ver a muchos países el carácter voluble de las relaciones internacionales y ha convertido a EEUU en un socio ya no fiable sobre el que ha de mantenerse incluso una desconfianza activa. Hasta ahora la seguridad de Canadá la garantizaba la proximidad a su vecino del sur, en adelante sólo lo hará el arma nuclear.