Francia avanza en su XL-UUV con Naval Group: un paso clave hacia el submarino autónomo de combate. Sana envidia
La Dirección General de Armamento (DGA) y Naval Group ha informado de los avances en el desarrollo de su espectacular vehículo submarino no tripulado de gran tamaño (XL-UUV), como parte del programa francés UCUV (Unmanned Combat Underwater Vehicle). Este proyecto, que busca consolidar una capacidad autónoma de combate submarino, sitúa a Francia entre el reducido grupo de países que apuesta por sistemas sumergibles de nueva generación, de notables capacidades y con alto grado de autonomía operativa y de decisión.

El espectacular XL-UUV de Naval Group. Foto: NG
El demostrador, desarrollado por Naval Group con fondos propios y ahora respaldado oficialmente por la DGA, fue probado con éxito en la mar a finales del verano de 2023. Con una eslora de más de 10 metros y un desplazamiento superior a las 10 toneladas, el XL-UUV está concebido como una plataforma tecnológica destinada a validar bloques clave: energía, navegación autónoma, procesamiento de datos en entorno subacuático y, sobre todo, autonomía en la toma de decisiones. Este último aspecto es central en el diseño del sistema, y se articula en torno a un módulo denominado «Autonomie Décisionnelle Contrôlée» (ADC), que permite al vehículo operar de forma autónoma bajo reglas predefinidas por el operador humano, incluso en entornos donde las comunicaciones son limitadas o inexistentes.
El contrato marco firmado en diciembre de 2023 entre la DGA y Naval Group prevé una primera fase de 2 años centrada en reforzar estas capacidades críticas. En este proceso también participa, cómo no, Thales, encargada de integrar un sonar pasivo de casco omnidireccional que permitirá al XL-UUV detectar y clasificar contactos durante el ascenso y en superficie, aumentando así la seguridad de navegación. Este conjunto de tecnologías permitirá que el sistema evolucione en autonomía táctica, capacidad de misión prolongada y navegación segura, todos ellos elementos esenciales para su futura operatividad.
El programa UCUV no se limita a un ejercicio de demostración tecnológica, sino que debe escalar mucho más allá. Su objetivo es dotar a la Marine Nationale de una capacidad real de proyección submarina no tripulada, útil en misiones de vigilancia del fondo marino, operaciones de acceso denegado, guerra de minas o escenarios asimétricos donde el riesgo para plataformas tripuladas es elevado. La lógica doctrinal detrás del proyecto se alinea con las tendencias actuales de guerra naval colaborativa, donde drones submarinos y buques tripulados interactúan como parte de un sistema de sistemas.
Aunque aún no se ha fijado una fecha para un sistema plenamente operativo, los avances en este demostrador XL-UUV posicionan a Francia en una senda tecnológica estratégica de primer nivel. A medio plazo, el reto será transformar esta capacidad en un componente útil, fiable y doctrinalmente integrado dentro de las fuerzas navales francesas de modo extenso, de tal forma que se convierta, como decimos, en un referente doctrinal generalizado en su marina de guerra. El éxito dependerá de validar en condiciones reales los módulos tecnológicos en curso, sin perder de vista la necesidad de mantener la soberanía industrial y tecnológica frente a desarrollos paralelos en Estados Unidos, Reino Unido o China.
La revolución submarina autónoma es ya imparable. Estamos ansiosos por confirmar desarrollos semejantes en nuestra Armada.
Redacción
defensayseguridad.es


Un comentario
La comunicación es limitada pero no imposible: se puede establecer un enlace de datos a través de las ondas sonoras.
TUUM-6, de baja frecuencia y hasta 40 km de alcance es, es un ejemplo. Está cifrado, es bidireccional. Su tasa de transmisión es muy baja, de kbps, pero eso es suficiente para transmitir órdenes y datos tácticos.
En un entorno del propio litoral, un dron submarino así podría usarse para protegerlo, ya que se dispondría de suficientes buques cercanos con capacidad potencial de TUUM6.
Además, existen (o están en desarrollo) sonoboyas capaces de actuar como relés, con comunicación subacuático por un lado y radioeléctrica por otro lado.
Por ejemplo, un Sirtap podría soltar una sonoboya semejante y a la vez hacer de relé con respecto a la sonoboyas para darle un enlace satelital (aunque nada impide, salvo el coste de la sonoboya, que es un consumible, y el consumo eléctrico, que la propia sonoboyas tenga ComSat). Esto permitiría que el dron operase lejos de casa, siempre y cuando tuviera el alcance suficiente, sin necesidad de obligarlo a salir a la superficie y exponerse.
Cierto que la comunicación del dron había la sonoboya podría ser detectada y el ingenio localizado. Pero eso sería cuestión de limitarse a dar órdenes, unidireccionalmente, por ese medio (tú cruzar los dedos que las reciba y esté en disposición de seguirlas. Como poco serviría para decirle que saque el periscopio para comunicarse vía satélite.
Aparte de baterías de litio, podemos pensar aquí en un sistema PIA como el BEST, para extender su autonomía sumergido. Pero eso es cuestión de si se puede miniaturizar, del coste y de la capacidad real que aportaría ese dron.