La Armada de Nueva Zelanda expresa interés en la fragata japonesa clase Mogami modernizada

El 20 de octubre, el Jefe de la Royal New Zealand Navy (RNZN), Contralmirante Garin Golding, se reunió con el Ministro de Defensa de Japón, Gen. Nakatani Hiroshi, y le trasladó el interés de Wellington en adquirir la versión mejorada de la fragata clase Mogami de la Japan Maritime Self‑Defense Force (JMSDF), conocida como Nueva FFM.
Durante el encuentro, el almirante Golding expresó su preocupación por la creciente asertividad marítima de China, y recalcó la necesidad de una cooperación más estrecha con Japón. En respuesta, Nakatani calificó a Nueva Zelanda como “un socio muy importante” y manifestó su intención de profundizar el vínculo de defensa bilateral.
Actualmente, la RNZN opera 2 fragatas clase ANZAC, construidas en los años noventa, y está en fase de planificar su reemplazo. En este contexto, el interés en la Nueva FFM japonesa cobra especial relevancia por motivos de interoperabilidad con la vecina Australia y el eje de seguridad regional.
Por su parte, Australia ya ha adoptado el diseño mejorado de la clase Mogami como base de su futura fragata de próxima generación: en agosto se firmó un acuerdo con Japón para adquirir 11 nuevas unidades, en 2 fases (las primeras en Japón, las restantes en Australia).
El interés manifiesto de Wellington no sólo tiene implicaciones estratégicas, sino también industriales para Japón: la exportación de incluso un pequeño número de unidades contribuiría tanto a reforzar la base industrial de defensa japonesa como a potenciar la cooperación económica y tecnológica entre Tokio y Wellington. Un estrechamiento de relaciones que no cabe sino poner en contexto más amplio, en ese marco de relaciones que están afianzando cada vez más las democracias de la región, conscientes del desafío que supone China para la seguiridad del Pacífico.
La profundización de la cooperación Japón–Nueva Zelanda se insertaría así en el marco más amplio del Indo‑Pacífico libre y abierto que ambos países comparten, así como su alineamiento con la alianza ANZUS Treaty (Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos) para la seguridad regional.
Para la Armada neozelandesa, incorporar un diseño de fragata moderno basado en la Mogami permite maximizar la interoperabilidad con Australia, sobre todo, pero también con fuerzas navales aliadas en la región del Pacífico Sur.

Fragata Anzac F-77. Foto: Marina Neozelandesa
Para Japón, el interés de un tercer país (tras Australia) abre la puerta a una estrategia de exportación de plataformas navales, lo que representa un cambio significativo de su política de defensa y de su industria militar, tradicionalmente doméstica y de espaldas a la exportación.
El anuncio del interés de Wellington por la fragata japonesa clase Mogami modernizada confirma la dinámica de cooperación creciente entre Japón y los países del Pacífico que comparten inquietudes frente a la expansión militar china. Como plataforma, la Nueva FFM constituye un vehículo seguramente adecuado, tanto para reforzar capacidades navales de rango medio‑alto, como para integrar cadenas industriales de defensa en la región. La evolución de esta iniciativa será de seguimiento clave para el ámbito de seguridad marítima en el Indo‑Pacífico.
Redacción
defensayseguridad.es

