Retraso condicionado en la producción del Challenger 3: Reino Unido prioriza la validación de pruebas para asegurar el proyecto

El Ministerio de Defensa británico ha decido ir sobre seguro en el programa del carro de combate Challenger 3, vinculando el inicio de la producción en serie a la superación exitosa de las pruebas actuales en fase de demostración, en lugar de establecer a un calendario fijo. Así pudo oírse en una serie de respuestas parlamentarias a finales de diciembre de 2025, donde se afirmó que se buscará minimizar riesgos técnicos y garantizar la madurez del diseño antes de avanzar a gran escala.
Según informó el UK Defence Journal el 23 de diciembre de 2025, el ministro de Defensa, Luke Pollard, declaró en dichas respuestas escritas al diputado conservador Ben Obese-Jecty que el programa se encuentra «actualmente en ensayos de fase de demostración para probar el rendimiento de los tanques», y que la fabricación comenzará «una vez que se valide el rendimiento, en lugar de estar ligada a una fecha específica». El medio destaca que, hasta finales de 2025, sólo 8 chasis de Challenger 2 habían sido asignados a Rheinmetall BAE Systems Land (RBSL) para actividades de diseño, construcción y pruebas, sin que haya iniciado aún la conversión en serie.
El Challenger 3 debe suponer una modernización profunda del Challenger 2, incorporando un cañón liso de 120 mm Rheinmetall L55A1 compatible con munición OTAN estándar, blindaje modular avanzado, sistemas de visión térmica de nueva generación y arquitectura digital que mejora la integración en redes de mando aliadas. Estas mejoras elevan significativamente la letalidad, la protección y la interoperabilidad, extendiendo la vida operativa del vehículo hasta al menos 2040.
Aunque las previsiones mantienen la capacidad operativa inicial para 2027 y la plena para 2030, con un total de 148 unidades planeadas, esta prudente estrategia de condicionar la producción a resultados probados podría introducir ajustes en los plazos. El enfoque responde a lecciones de adquisiciones previas, donde avances precipitados generaron complicaciones posteriores.
El programa, gestionado por RBSL desde el contrato de 800 millones de libras adjudicado en 2021, ha superado hitos como la revisión crítica de diseño y pruebas de movilidad en 2025. Reino Unido sigue considerando la necesidad de capacidades acorazadas robustas, y necesita que el Challenger 3 siga siendo un activo fiable y efectivo a largo plazo.
Redacción
defensayseguridad.es


Un comentario
Y APS no lleva? Lo digo por aquellos que en redes sociales ahora lo piden hasta para las ambulancias, que parece que sin el ya están indefensos. Mira que los british no son de escatimar.