Portugal traza senda gradual hacia un gasto militar del 5 % del PIB sin sacrificar sus finanzas

1er Ministro de Portugal, Luis Montenegro
Portugal quiere estar presente en la nueva Alianza del 5%, y ha puesto sobre la mesa un ambicioso plan para elevar su gasto en defensa hasta el 5 % del PIB en 2035, el controvertido objetivo aprobado en la última cumbre de la OTAN en La Haya. No obstante, el primer ministro Luis Montenegro insiste en que este incremento se implementará con prudencia fiscal, garantizando el equilibrio presupuestario nacional.
Actualmente, Portugal dedica el 1,58 % del PIB a defensa -lo que se traduce en 4 480 millones de euros en 2024- y ha adelantado a este año su meta del 2 %, prevista inicialmente para más adelante. Este ritmo acelerado refleja una voluntad política clara: reforzar capacidades militares y marítimas, clave para un país con extensa costa y una amplia zona económica exclusiva.
Montenegro explicó que el plan será aplicable en dos fases: una primera, hasta 2029, para asegurar el objetivo del 2 %; y una segunda, gradual y sostenida, para alcanzar el 5 % en 2035, compatible con la salud de las cuentas públicas. Esta hoja de ruta cuidadosa hace hincapié en la gestión responsable de los recursos, evitando que el incremento se convierta en una carga para los servicios sociales o la inversión pública.
Desde el prisma portugués, se considera que el verdadero desafío no radica en tener la capacidad financiera, sino en ejecutar las mejoras en defensa (“más ambicioso en su ejecución material que en su ejecución financiera”). En este sentido, se ha adoptado un enfoque dual estratégico: aumentar el gasto militar básico (3,5 % del PIB) y destinar un 1,5 % adicional a infraestructuras duales con potencial uso civil y militar, tal como exige la OTAN.
En Lisboa, algunos analistas defienden que este trazado sirve también para fortalecer la autonomía estratégica de Europa. Al priorizar misiones marítimas y aéreas, Portugal busca complementar su cooperación con otros miembros de la OTAN, especialmente en ejercicios de vigilancia costera y defensa del espacio aéreo, donde Portugal tiene mucho que aportar y más responsabilidad aún.
La ruta prevista implicará un aumento progresivo del presupuesto de defensa superior al actual 1.236 millones invertidos en modernización del Ejército de Tierra. Sin embargo, el gobierno recalca que el crecimiento estará respaldado por una economía en expansión y por el retorno que aportan inversiones militares en industrias tecnológicas y de seguridad.

Acto marcial del Ejército de Portugal
Portugal cree haber diseñado una estrategia de “rearme inteligente”: ambiciosa, pero fiscalmente responsable. Con una subida inicial hacia el 2 % ya garantizada para 2025 y una proyección creíble hasta el 5 %, Lisboa quiere mostrar que es posible fortalecer la defensa sin dejar de cumplir con la disciplina presupuestaria. El reloj corre, con hitos intermedios en 2029, pero con un horizonte sólido de modernización y soberanía para mediados de la década de 2035. Esperemos que el ambicioso camino emprendido sirva, no sólo para desarrollar un objetivo de fuerza creíble, sino un tejido industrial defensivo sólido que, hasta ahora, no compite en prácticamente ningún mercado.

