¿Pegasus alemán para la RAF?

La RAF parece decantarse por el Pegasus alemán para substituir los Rivet Joint: ¿fin de la dependencia estadounidense en vigilancia SIGINT?

 

De confirmarse, estaríamos ante un paso que redefiniría parte de la arquitectura de inteligencia de la Real Fuerza Aérea británica (RAF) porque, al parecer, está ultimando las negociaciones para adquirir una flota de aviones de inteligencia electrónica Pegasus, según reveló el pasado 14 de noviembre el medio Defence Eye. El modelo, desarrollado por la firma alemana Hensoldt sobre la célula del Bombardier Global 6000, está diseñado para operaciones persistentes de SIGINT/ELINT, en sustitución del actual sistema RC-135W Rivet Joint de origen estadounidense, y ha sido objeto de debate en España la semana pasada al hilo de la renovación de la misma capacidad en nuestro Ejército del Aire.

Este movimiento —que marcaría una ruptura con décadas de dependencia operativa y técnica de plataformas estadounidenses— se inscribe dentro de la estrategia británica de recuperar autonomía industrial y operativa en capacidades de vigilancia estratégica, pérdida acentuada tras la baja del Nimrod R1 en 2013. La retirada definitiva de los RC-135 está prevista para 2035, lo que deja un margen de transición que podría aprovecharse para el desarrollo de una capacidad SIGINT propia y soberana.

Una flota inicial de 3 unidades y posible integración nacional

Según Defence Eye, el anuncio de la adquisición podría incluirse en el próximo Plan de Inversión en Defensa (Defence Investment Plan, DIP) antes de Navidad. Las fuentes citadas —entre ellas personal del propio Ministerio de Defensa británico (MoD)— sugieren que el número mínimo requerido para operar una flota funcional sería de al menos 3 unidades. A medio plazo, podrían considerarse adquisiciones adicionales si se confirma el rendimiento operativo y la interoperabilidad con socios de la OTAN.

Aunque el programa Pegasus es liderado por Alemania —la Luftwaffe recibirá su primer ejemplar en 2026—, se prevé que las unidades británicas incluyan contenido nacional, especialmente en áreas de mantenimiento, sistemas de misión y procesamiento de datos. Esto responde no sólo a necesidades industriales, sino también a criterios de seguridad operacional y control sobre los flujos de inteligencia sensibles, como es natural.

De la plataforma común al control soberano

Uno de los aspectos más significativos del potencial contrato reside en su simbolismo político y operativo. El RC-135 Rivet Joint, operado en estrecha colaboración con EE. UU., representa un modelo de dependencia en el que los sistemas, los datos y el ciclo de inteligencia están profundamente entrelazados con los flujos estadounidenses. Aunque esta cooperación ha sido altamente efectiva, también limita la autonomía británica en la toma de decisiones tácticas y estratégicas, especialmente en escenarios donde los intereses de Londres y Washington no están perfectamente alineados.

El Pegasus —aunque europeo y en parte civil— permitiría a la RAF recuperar parte del control sobre su capacidad SIGINT. A ello se suma una mayor interoperabilidad con aliados europeos que también están dando pasos para reforzar sus propias capacidades de inteligencia aérea sin recurrir a plataformas estadounidenses, como es el caso de Francia con el Epicure o Italia con sus desarrollos basados en el Gulfstream G550.

Sobre la fuente: confiabilidad y contexto

El artículo, como decimos, ha sido publicado en Defence Eye, un pequeño medio especializado británico dedicado exclusivamente a temas de defensa, con especial énfasis en adquisiciones y política de seguridad. Aunque no posee el nivel de reputación internacional de medios mucho más conocidos e importantes, se trata, a nuestro parecer, de una fuente razonablemente confiable dentro del ecosistema de periodismo de defensa del Reino Unido, sin vínculos evidentes con grupos de presión o agendas partidistas. El autor del texto aparece bajo el seudónimo «Cityforum», recurrente en otros análisis centrados en la RAF y la OTAN.

Aunque aún no se ha firmado un contrato, el rumbo parece claro y, lo que es más importante, tiene sentido: la RAF se inclinaría por un modelo menos dependiente, más modular y con mayor potencial de crecimiento nacional. Si el proyecto Pegasus se materializa en los próximos meses, será no sólo una adquisición técnica, sino un cambio doctrinal en el modelo de obtención de inteligencia del Reino Unido para la próxima década.

 

Redacción

defensayseguridad.es

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