Exponemos el siguiente análisis a partir del artículo publicado por el Financial Times, por su evidente interés para nuestros lectores y su estrecha relación con las informaciones que adelantamos hace apenas unos días en esta misma casa.
Los entrecomillados del Financial Times . El FCAS en punto muerto: Alemania y Francia preparan el abandono del caza conjunto y priorizan la nube de combate

Ayer, el Financial Times (FT) confirmó lo que desde DYS ya veníamos perfilando en nuestros análisis recientes: el Future Combat Air System (FCAS), emblema de la cooperación militar europea, está al borde de la fragmentación definitiva, pero con informaciones relevantes que interesan a este análisis.
Alemania y Francia —con España en posición observante, en cuanto que ausente— debatieron en reuniones bilaterales de alto nivel la posibilidad de cancelar el desarrollo conjunto del caza de nueva generación (NGF) y reorientar sus esfuerzos hacia la “nube de combate”, el sistema digital de mando, control y datos que articula el FCAS.
Lo que en su día se presentó como el proyecto de defensa más ambicioso de Europa, con un coste estimado de 100.000 millones de euros y una entrada en servicio prevista para 2040, parece ahora condenado a convertirse en un cascarón de interoperabilidad sin sustancia aeronáutica común. La causa: la falta de entendimiento estructural —y empresarial— entre Dassault Aviation y Airbus Defence and Space.
Entre los fragmentos más elocuentes del artículo de FT destacamos declaraciones y reflexiones que ilustran una ruptura de confianza profunda, y un futuro poco esperanzador, cuando menos, aunque no siempre:
“Podemos convivir con varios aviones en Europa, pero necesitamos un sistema en la nube para todos ellos”, afirmó un funcionario.
“Todos los demás elementos (del FCAS) funcionan bien. ¿Por qué íbamos a dejar de hacerlo? No hay necesidad de que el FCAS falle por completo; lo que se necesita es un sistema de nube de combate”, indicó una segunda fuente.
Una tercera persona incluso sugirió acelerar el calendario del sistema de combate en la nube del 2040 al 2030, priorizando su despliegue frente al desarrollo del avión tripulado.
FT también recogió las advertencias del ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, quien declaró que se estaba discutiendo “si el proyecto debería continuar y cómo debería continuar”. En paralelo, Catherine Vautrin, su homóloga francesa, evitó posicionarse pero confirmó la urgencia del debate.
El panorama se agrava con los informes que apuntan a un posible reemplazo de Francia en el proyecto por el Reino Unido o Suecia, mientras que Dassault, en palabras de su carismático CEO, Éric Trappier, insiste en que «la empresa puede desarrollar el avión en solitario”. De fondo, Macron evita presionar a Trappier, consciente de que un colapso total del FCAS podría afectar la capacidad de disuasión nuclear francesa, fuertemente ligada al futuro caza.
Un funcionario alemán lo resumió con brutal claridad:
“Tenemos fondos para la defensa como nunca antes, así que si tenemos que hacerlo sin los franceses, hagámoslo.”
Y otro oficial apuntó al fondo del problema:
“En esta ocasión, la mera voluntad política podría no ser suficiente para superar el hecho de que las empresas son muy diferentes.”
Maqueta del futuro portaaviones francés con cazas en versión naval del NGD (FCAS). Foto: Octavio Díez Cámara
Conexión directa con las informaciones previas de DYS
Este escenario, expuesto ahora con toda su crudeza en Financial Times, corrobora punto por punto las informaciones expuestas por DYS el pasado 13 de noviembre a raíz de la Cumbre Tecnológica LUFTWAFFE 2030+, celebrada en Berlín.
Ya entonces, recogimos las declaraciones del coronel Jörg Rauber, responsable del programa FCAS en el Ministerio de Defensa alemán, quien planteó el Combat Fighter System Nucleus (CFSN) como una arquitectura alternativa nacional, aunque interoperable, al colapsado diseño trilateral del FCAS. En sus palabras:
“Queremos avanzar en la configuración pactada, pero si no es viable, exploraremos alternativas.”
En efecto, el texto de FT coincide con nosotros en lo esencial, que es que la nube de combate (Combat Cloud) emerge como el elemento menos disputado y más viable ahora mismo. Mientras Dassault reclama el control exclusivo del diseño del NGF -el caza en sí- y los proveedores, Alemania responde priorizando una arquitectura de datos soberana y modulable: el CFSN, orientado a integrar Eurofighters, F-35A y nuevos drones pesados propios, tal como se presentó en Berlín; lo que abarca la aviación de combate del futuro de la Fuerza Aérea alemana.
En la cumbre, los alemanes también se distanciaron de París al definir claramente una hoja de ruta nacional con prototipos de CCA (Collaborative Combat Aircraft) para 2029 y una eventual colaboración con Suecia para reconfigurar la próxima generación de cazas, desplazando de facto el eje trilateral hacia un binomio germano-sueco, con España como posible tercer pilar.
Conclusiones: divorcio sin papeles, fragmentación europea y oportunidad para España
El artículo del Financial Times valida por tanto el análisis previo de DYS: el FCAS, como sistema único y cohesionado, ya no existe en la práctica, al menos por el momento. Se mantiene en estado de coma asistido por intereses políticos que evitan su defunción oficial, pero su viabilidad técnica e industrial está descompuesta. Sortear un estado tan crítico del Programa se antoja enormemente difícil, pero no hay que olvidar la cumbre prevista en cercanas fechas donde habrá de hacerse pública la decisión última sobre el FCAS.
La metáfora del profesor Carlo Masala resulta especialmente gráfica:
“Es como una pareja casada que decide divorciarse, pero sólo cuando los hijos se han independizado.”
Este “divorcio sin papeles” plantea retos y oportunidades para España. Tal como señalamos en DYS:
- Si se impone la vía bilateral germano-sueca, España deberá reposicionar sus activos y definir si se suma a esa vía o intenta mantener un vínculo con Francia (aunque sea por el interés en la versión naval del FCAS, algo a lo que Alemania es ajena y no contempla) a riesgo de quedar marginada.
- La soberanía tecnológica española en áreas clave como sensores, enlaces y simulación puede ser una palanca valiosa en cualquiera de las dos opciones.
Por último, la frase de un participante en la cumbre de Berlín, recogida por defence-network.com, sintetiza el riesgo estructural de esta descoordinación europea:
“Cada uno vive en su propia burbuja, cada uno crea su propio mundo ideal… Entonces nos hemos gastado miles de millones de euros y nos damos cuenta de que, en conjunto, no funciona en absoluto.”
No es solo una crisis del FCAS. Es, en el fondo, una llamada de atención a la defensa europea fragmentada, donde los intereses industriales, las pulsiones soberanistas y los recelos cruzados siguen pesando más que la necesidad de una defensa común coherente.
Jorge Estévez-Bujez
defensayseguridad.es



2 respuestas
Una muestra palpable de cómo y por qué la actual Unión Europea no sirve a los ciudadanos.
Saludos.
Las fronteras de las naciones europeas son resultado de más de mil años de guerras entre europeos. La última, que fue terrible, terminó hace sólo 60 años. Ya es un éxito que llevemos todo ese tiempo sin guerras entre nosotros, pero es natural que confiar y colaborar unos con otros sea un proceso lento. Sólo se aceleraría si hay un enemigo exterior que nos amenaza a todos, pero esa idea no ha calado en la sociedad y en los políticos. Mientras tanto habrá que «jugar con las cartas que tenemos».