Escribano Mechanical: frater negotium
La carrera industrial de Escribano hacia la meta de Indra. «Sólo puede quedar uno»

Logotipo de Escribano Mechanical & Engineering
En cierta ocasión, charlando en Madrid con un alto ejecutivo de Escribano Mechanical, le pregunté qué era lo que más le gustaba de su empresa; ¿qué le hizo recalar ahí? Me dijo: -Jorge, lo que más me gusta de Escribano Mechanical & Engineering es que Javier se atreve con todo. Cualquier cosa que le proponen, la lleva a cabo; no se amilana ante ningún proyecto y a todo dice sí.
La frase, fruto de en una conversación informal, define con exactitud el espíritu que la empresa ha proyectado durante los últimos años. Una voluntad inquebrantable de asumir retos, de lanzarse a desarrollar tecnologías complejas, de proponer, y prometer capacidades avanzadas para las Fuerzas Armadas y de colocarse en el centro de la transformación de la industria de defensa en España. Pero ese impulso, que a menudo raya en entusiasmo desbordante, ha acabado por exponer la gran paradoja de EM&E: la dificultad para convertir muchas de sus ambiciones en realidades tangibles.
Proyectos prometidos, proyectos estancados
Porque lo cierto es que la lista de programas en los que Escribano se ha implicado es larga. Y honesto es decir que varios han logrado consolidarse, al menos en parte. Sin embargo, muchos otros se han anunciado con fanfarria y toda suerte de medios a coro para luego quedar atrapados en retrasos, rediseños o simples dilaciones indefinidas; renders, que se da en decir ahora, presentaciones y PDFs deslumbrantes. Ese era, obligado es decirlo, uno de los peligros, aunque, también es de justicia apuntarlo, no exclusivo de Escribano. Sea como fuere, la armamentística de referencia presenta notables «atascos». Valgan algunos ejemplos relevantes como muestra:
La torre Guardian 30 para el VCR 8×8 Dragón, anunciada como una revolución industrial nacional, lleva acumulando los retrasos de su validación final y adjunta problemas, como poco, de sensores. Como el obscurantismo es dogmático en este Programa, justo es decir que la torre forma parte de él y que, si bien se han cargado las tintas sobre la transmisión de SAPA, no podemos obviar que en el conjunto concurren muchas firmas industriales, y que, puestos a desconocer públicamente al o los responsables del desmoronamiento del Proyecto, Escribano, con su torre, forma parte de este fracaso, digamos, parcial -por el momento-. Pese a todo, no puedo dejar de anotar que en la misma conversación con la que abría esta pieza, fui informado del extraordinario progreso de la torre de Escribano (la 30mm), asegurando mi interlocutor que funcionaba a la perfección. Si la Guardian 30 del Dragón funciona, o no, a la perfección, es algo que no sabemos con el alcance que desearíamos; si a ello sumamos que carecerá de los Spike de la israelí Rafael con los debía contar, y que desde fuentes militares adivierten una, todavía, falta de madurez, se nos hace francamente difícil hacer del optimismo, virtud.
El sistema de lanzacohetes SILAM, adjudicado en 2023, no ha corrido mejor suerte, especialmente desde el renuncio sobre la tecnología israelí. Hablamos, grosso modo, de otro Proyecto en el aire, por más que el Ministerio evacúe respuestas sin la menor relación con las preguntas parlamentarias que recibe sobre el mismo. En cuanto a Escribano, hay que apuntar que su participación en este proyecto es menor, y carente de exigencia tecnológica, pues su cometido tiene más que ver con chapa y soldadura, por lo que no puede tildarse de fracaso su responsabilidad en él. Aquí hablamos de otras razones.
El CIWS que solicitó Defensa para los buques de la Armada ha quedado en nada y no ha podido culminarse, según parece, por su complejidad técnica. El resultado, el vacío de esa capacidad en los buques de la Marina de guerra española.

El impresionante ODIN-I, de Escribano, mostrado en Feindef. Un sistema C-UAS con cañón de 30 mm sobre chasis 8×8.
Las estaciones electroópticas OTEOS y sensores de vigilancia de EM&E, aunque integrados en algunos sistemas, no han logrado competir de forma significativa en licitaciones internacionales y, lo que es peor, se han enfrentado a críticas sobre su viabilidad en instalaciones sensibles, como el SIVE…
No podemos olvidar el LISS, el enjambre de drones ideado para el SENDISTAR (Sistema Autónomo de Enjambre Distribuido y multiplataforma para misiones ISTAR). Nada sabemos de él desde 2021, a excepción de las pruebas a que habría sido sometido: emergencias civiles, vigilancia de incendios, vigilancia costera, rescate. Parece que Escribano lo promociona internacionalmente para cooperar con otras firmas tecnológicas. El problema es que apenas trasciende nada, y poco sabemos de sus progresos, y menos aún de si ha sido adquirido por algún país. Demasiados años para no mostrar avances realistas.
En definitiva, hay una tendencia clara a sobredimensionar capacidades futuras sin acompañarlas del ritmo necesario de ejecución industrial. En el corto plazo, esta hiperactividad genera visibilidad y contratos. Pero en el medio, erosiona la credibilidad técnica cuando las promesas no se entregan a tiempo.

La Torre de Escribano montada sobre el Dragón VCR8x8, en la pasada edición de Feindef, en Madrid. Foto: autor
De empresa familiar a palanca del Estado: la fusión con Indra
El segundo gran movimiento que ha marcado la trayectoria de Escribano es su convergencia con Indra. Primero como accionista creciente, luego como socio tecnológico y, finalmente, como protagonista de una fusión por absorción que ha despertado más de una alarma.
No sólo se trata del hecho de que la empresa familiar de los hermanos Escribano vaya a integrarse en el mayor conglomerado tecnológico del país. Es que uno de esos hermanos, Ángel Escribano, preside ahora Indra. Y el otro, Javier, ha sido hasta hace poco su par en EM&E, donde ahora reina en solitario. La operación, construida con base a un canje de acciones y sin desembolso de efectivo, prevé valorar a EM&E en torno a 1.300 o 1.500 millones de euros. Una cifra elevada, muy difícil de contrastar en ausencia de cuentas auditadas públicas o contratos cerrados a largo plazo.
El movimiento ha suscitado quejas formales ante la CNMV por parte de la asociación de juristas Hay Derecho, que denuncia un claro conflicto de interés. También ha generado malestar entre otros actores industriales, que perciben la operación como una concentración artificial de poder, apadrinada desde el aparato del Estado. Porque aquí lo importante no es si Escribano es solvente o no, lo importante es que el poder ha decidido que quiere su campeón, y está dispuesto a construirlo a medida, a costa de lo que sea: de la competencia, del control institucional, de la sospecha ética. Y no debería ser así. No, entre otras cosas, porque el Estado no debería estar en eso. Son demasiadas las evidencias de, digámoslo educadamente, falta de formalidad. El escrúpulo ha de extremarse cuando se habla de dinero público, y no al revés
Hay Derecho articula su denuncia en torno a éstos motivos principales:
- Conflictos de interés graves: La adquisición de Escribano por Indra, propiedad de los hermanos Escribano, genera dudas sobre la imparcialidad de la operación, ya que Ángel Escribano es presidente de Indra y Javier, consejero.
- Falta de transparencia en la valoración: El precio estimado de Escribano se considera «difícilmente justificable» debido a su dependencia de contratos públicos y operaciones previas.
- Posible actuación concertada de accionistas: Se cuestiona una coordinación entre SEPI (29% de Indra), Escribano (14%), Amber Capital y SAPA, que podría obligar a lanzar una OPA (Oferta Pública de Adquisición) por el 100% de Indra si supera el 30% del capital.
- Incumplimientos de buen gobierno corporativo: Designación del presidente sin informe previo de la Comisión de Nombramientos, y reducción de la independencia del Consejo tras no renovaciones de consejeros independientes (pese a advertencias de la CNMV en 2022).
No son pocos, pues, los motivos para echar el freno, cuando menos, y arrojar algo de luz sobre la maniobra que ya está en marcha.
Epílogo
De cara a la opinión pública, pasar de promesa tecnológica a brazo industrial del Gobierno, no es la mejor presentación; o sí, porque hay quienes no reparan en según qué cosas en post del «interés general», una suerte de «pese a todo, es de los nuestros», que compensa con creces al retorcimiento de las formas. Y éso está bien, sí, pero si el fango te alcanza, y te pone en entredicho hasta lo judicial, quizá debas conducirte con más prudencia que arrogancia. Por tanto, escalar desde proveedor de sensores a conglomerado con aspiraciones de controlar el ciclo completo de defensa en España, resulta, cuando menos, atrevido en tan escaso período de tiempo. La trayectoria de Escribano Mechanical & Engineering es elocuente, sí, pero también inquietante. La voluntad de abarcarlo todo no puede ser excusa para no rendir cuentas. Y la protección estatal no debería blindar a nadie frente a la transparencia, la competencia o la ética. A veces, cuando alguien se atreve con todo, lo que realmente está haciendo es simplemente decir sí a lo que no debería.
Escribano tiene todo para ser un referente, especialmente por sí mismo, y en tecnologías que están inundando las fuerzas armadas de todo el mundo. Siguen siendo jóvenes, siguen teniendo buenas ideas, y cuentan con una considerable cantidad de recursos públicos para ser líderes en sus segmentos, pero parecen haber optado por unirse en un esfuerzo familiar unívoco con Indra y afrontar juntos la carrera de un sólo participante hacia el cetro del Campeón Nacional. Y ahí está la otra clave de parte de todo lo anterior: que no se quieren más participantes, que no se desean optantes, que no se confía en la competencia; y que la poca que hay, será triturada, dejando a su paso un erial de pequeñas empresas incapaces de disputar ninguno de los grandes concursos. Éso, que para muchos es un detalle menor, es síntoma endogámico de intervencionismo, de monopolio, de pobre oferta comercial, de esclavitud contractual. «Sólo puede quedar uno».
Jorge Estévez-Bujez
defensayseguridad.es


6 respuestas
El futuro es Urovesa. Ellos sí entregan productos.
Saludos, don Jorge.
P.S: En menos de un año, se han comido ustedes a Defensa.com; Infodefensa, a sueldo del gobierno, nada más.
Enhorabuena.
Te falta el tema del concurso de torres del dragón y el mosqueo de las otras torres en mitad del concurso y luego el intento de ciws defensa de punto de la armada que al final de tanto esperar quedó desierta por no cumplir requisitos y al final parece que la armada ha elegido la propuesta de Safran con el Vampyr Ng con torre que más que probablemente será la Rc2/Rc4 o Sadral ( a día de hoy la sadral está descatalogada). Yo el único problema es la poca capacidad de misiles en comparación con el Sea Ram ( 11 o 21).
La torre:
Puede que funcione perfectamente. Por sí sola. Pero lo que falle sea la integración… en cuyo caso no funciona perfectamente. Respuesta de político con lengua bífida…
En cualquier caso, el problema del Dragón en estos momentos no es la torre. Esta puede que sea un problema más, pero no parece que sea él problema en estos momentos. ¿Por qué lo digo? Porque esa torre solo afecta a las versiones VCI y no se están entregando ni esas versiones ni tampoco las otras que no llevan la torre.
Te doy la razón ya que los de zapadores entregados han tenido el mismo problema así que no podemos achacar el principal problema a la torre Guardian 30 e incluso al sobre peso que podría haber incidido porque a las muy malas podrían haber metido a todos la torre del de zapadores y tener un sustituto decente del BMR pero va a ser que no.
El principal problema a día de hoy no viene de Escribano con el dragón y todo indica a un problema incomprensible con la trasmisión.
El CIWS:
Creo que no se puede responsabilizar a Escribano de que no se haya desarrollado un CIWS nacional.
Que yo sepa, Escribano recibió una pequeña cantidad de dinero para finalizar se dos demostradores de eventuales CIWS basados en:
-Sentinel TAO, con cañón rálido de tubos rotativos de 25 mm (como el de los Harrier), más 4 misiles Mistral, con sistema de puntería electroóptico Otros.
-RFG25, con el mismo cañón, pero sin misiles, y con sistema de puntería radárico.
Le encargaron los demostradores y Escribano los entregó. Si la Armada no los seleccionó, eso no es achacable a Escribano. Puede que fuese por falta de presupuestos o por cambio de doctrina.
Vayamos con esto último, la doctrina:
¿El CIWS que necesitamos hoy en día debe basarse en cañón o en misiles? El alcance del cañón es limitado y no conseguiría evitar el impacto del misil enemigo por pura cuestión de inercia. A cambio, puede ser más indicado, por coste del disparo, contra drones de pequeño tamaño. Pero esos drones pequeños también pueden eliminarse mediante la guerra electrónica.
La Sentinel TAO llevaba 4 misiles Mistral. ¿Se consideran hoy en día suficientes? ¿Son demasiado caros para actuar contra drones de tamaño medio?
El problema creo que no ha sido de Escribano, que hizo lo que se le encargó. El problema es que a la Armada no le acabó convenciendo la solución, no porque fuese mala, sino porque reevaluó las necesidades.
¿Deberían Escribano et al. (Indra, Navantia, etc.) haber desarrollado motu proprio una solución más adaptada a las nuevas necesidades? ¿O debería la Armada haber planteado sus requisitos y haber licitado el desarrollo de una solución, tal como sí ha hace para otras cosas (y como acaba de hacer, con la prefinanciación millonaria a Indra-Escribano para un lanzador embarcado)?
Observando la palabra «lanzador», parece que efectivamente los requisitos de la Armada han cambiado con respecto a lo que tenía en mente cuando encargó el demostrador de la Sentinel TAO: lanzador sugiere una solución más misilera que cañonera. Se intuye que los 4 Mistral no se consideran suficientes hoy en día. De ahí que tampoco el Simbad RC de MBDA haya sido elegido.
Es posible que la Armada esté pensando en un lanzador múltiple, polivalente como la propuesta del MPLS de Naval Group: modular, con capacidad de lanzar misiles Mistral y cohetes guiados de 70 mm, y una combinación de ellos.
Si es así, ¿a que viene la queja del CIWS con Escribano? Si la Armada quiere algo, que lo defina y lo encargue. Lo que no se puede exigir es que la industria adivine las intenciones de la (des)Armada y arriesgue en el desarrollo de una solución, que luego no acaben poniendo en los buques principales por eso de que navegan escoltados…
Si claro ,ahora será culpa de la armada o del ejército los problemas de la industria de defensa.
Si no hubiera sido por las claras intenciones de dar de comer a ciertas empresas y esperarlas «todo el tiempo que fuera posible» la armada ya tendría hace mucho tiempo un Sea Ram con 21 misiles operativos
Idem ejército con el «party para todos» del dragón creando un Frankenstein por empresas nacionales basadas en un piranha V y cuando se han repartido el botín el muerto sigue sin despertar y espera que lo haga de verdad algún día y de mientras los Rumanos piranhaV V operativos que son muy muy muy muy muy superiores a los actuales BMR