Alemania gana enteros en lo industrial y en capacidades militares

Las capacidades alemanas están llamadas a superar todo lo anterior y a llevar sus productos y manufacturas a muchos países aliados de Europa
Alemania ha puesto en marcha un plan de reorganización militar y presupuestario histórico que impactará de manera muy sensible en no pocos ámbitos, desde el mercado europeo de armamento, con intensas implicaciones e intervenciones industriales, legales y estratégicas; hasta en el hecho mismo de convertirse en una de las primeras fuerzas armadas de la OTAN -ya lo era-, pero hablamos de una escala mayor que la que ahora mismo puede ofrecer.
La ofensiva de gasto militar de Alemania planea más de 60 grandes pedidos militares ya antes de final de 2025, incluyendo los 38 Eurofighter del programa Quadriga, miles de vehículos Boxer -2.500- y centenares de unidades más de toda suerte de vehículos blindados. Esta decisión, que ya fue tomada hace meses, fue adoptada como respuesta directa a la agresión rusa en Ucrania y a la percepción de un distanciamiento de EE. UU. respecto a la defensa europea, como ha sido tónica general en el resto de Europa.
Un análisis de Meta-Défense, de hace un par de meses, describía cómo Alemania se está posicionando para liderar el mercado europeo de armamento hacia 2030, basándose en su potente industria y una capacidad financiera excepcional -como lo demuestran las adquisiciones y consorcios en que ha tomado parte en los últimos 2 años (Expal, Iveco)-. El Ministro de Defensa germano, Boris Pistorius, ha destinado una línea de oferta coordinada para aliados, en la que se quiere facilitar el acceso a plataformas como el carro Leopard 2A8 o el submarino Tipo 212 CD, bajo condiciones preferenciales. Así, Berlín parece querer desarrollar un modelo similar al estadounidense Foreign Military Sales -FMS-, con Alemania como proveedor principal a otros Estados europeos.
El momento de concretar: incremento récord de presupuesto y personal
Según Hartpunkt, el presupuesto para la Bundeswehr en 2026 se elevará a más de 108.000 millones de euros, incluyendo 10.000 plazas nuevas militares y 2.000 civiles en administración y funciones operativas. El Ministerio de Defensa alemán confirma que en 2026 el número de plazas ascenderá a 202.483 militares y 77.899 civiles, sumando hasta 20.000 puestos temporales adicionales bajo un nuevo servicio voluntario.

PzH 2000. Foto: KNDS Group
La aprobación parlamentaria del presupuesto supone un hito más que notable y una de las más ambiciosas dotaciones de dinero dentro de la OTAN: el gasto en defensa en 2026 alcanzará los 82.700 millones de euros, lo que supone un incremento del 32,5 % respecto a 2025, con una contribución del 2,8 % del PIB a la OTAN, y la proyección de alcanzar el 3,5 % en 2029, junto a una ayuda estimada de 9.000 millones de euros para Ucrania. Las cifras respaldan, ahora sí, la voluntad política anunciada ya desde el anterior gobierno. Las dudas parecen disiparse y lo recursos van a llegar a tiempo de construir lo que quiere ser uno de los pilares fundamentales de la OTAN. Atrás quedan los lamentables informes de años anteriores en que el estado de revista de las Fuerzas Armadas germanas parecían languidecer entre la inoperancia política y el desinterés social de una población abstraída de su propia defensa.
Una de las medidas fiscales que más impacto directo tendrán en la nueva política de defensa de Berlín se tomó en marzo de este año, cuando el Bundestag aprobó una reforma constitucional que permite eximir del límite legal de deuda (Schuldenbremse) al gasto militar que supere el 1 % del PIB. Lo que dicha reforma supone es la autorización de un endeudamiento masivo para defensa e infraestructuras. Además, se creó un fondo especial de 500.000 millones de euros para inversiones estratégicas en defensa, infraestructura y transición energética.
Esta medida legal es clave para sustentar el plan de gasto previsto, sobre todo si tenemos en cuenta el borrador presupuestario para 2026, que contempla una inversión total de 126.700 millones y un endeudamiento de 174.300 millones € -más del triple que en 2024-, con el objetivo de estimular el crecimiento y modernizar capacidades militares y civiles.
Alemania toma por fin conciencia de sí misma, y se quiere posicionar como el epicentro industrial de la defensa europea y actor insustituible en capacidades y fuerza real en Centro-Europa -con el permiso de Polonia, que ya emprendió un camino similar-. Es un trabajo de planificación, de ajustes normativos valientes, de concienciación política y ciudadana, y de buscar el respaldo al interés propio en conjunción con el aliado.
La capacidad de financiar un rearme masivo, producir tecnología avanzada y proyectar influencia mediante un modelo de exportación coordinada llevará a Alemania, si nada se tuerce, a ejercer como proveedor líder en el mercado de la defensa continental, y a consolidar una posición predominante en cuanto a capacidades militares.
Jorge Estévez-Bujez
defensayseguirad.es

