Airbus y el polifacético ATLAS

EL A400M en sus inicios
El A400M Atlas abandona el rol clásico de transporte para asumir nuevas funciones: desde plataforma de guerra electrónica hasta nave nodriza de drones.
En el Dubai Airshow, Airbus Defence and Space ha vuelto a mover ficha en su estrategia para mantener vivo —y rentable— al A400M Atlas. El avión, que ya acumula más de 250.000 horas de vuelo y opera en 10 países, está siendo rediseñado a marchas forzadas como una plataforma multifunción capaz de adaptarse a los retos de la guerra actual, marcada por la dispersión, la interoperabilidad y el uso intensivo de medios no tripulados.
Jean-Brice Dumont, jefe de poder aéreo de Airbus, anunció públicamente que el A400M será transformado en una «nave nodriza de drones», capaz de desplegar y coordinar vehículos aéreos no tripulados (UAV) en misiones de combate. Este desarrollo no es, obviamente, aislado, y forma parte de una hoja de ruta industrial que busca extender la utilidad del modelo más allá del transporte táctico pesado. Ya se han firmado memorandos de entendimiento con Emiratos Árabes Unidos para impulsar la localización industrial en la región, y ya hay interés manifiesto de Polonia y otros países de Oriente Medio.
Más allá del transporte
El A400M se ha probado sobbradamente eficaz como avión de transporte táctico pesado, para evacuaciones médicas (MEDEVAC) y en misiones humanitarias, pero Airbus quiere más. La idea es aprovechar su diseño flexible —carga útil de hasta 40 toneladas, acceso a pistas no preparadas, amplio volumen interior— para reconvertirlo en plataforma modular de usos múltiples. Las nuevas funciones contempladas incluyen:
- Reabastecimiento aéreo, con hasta 50.000 kg de combustible disponibles, ya probado en aviones como el Eurofighter.
- Apaga-fuegos, con un kit roll-on/roll-off capaz de lanzar 20.000 litros de agua o retardante en menos de 2 horas de instalación.
- Guerra electrónica (EW), con integración de sistemas de interferencia y protección como DIRCM (Directional Infrared Counter Measures), ya en pruebas con tecnología de Elbit Systems.
- Plataforma de nodos de comunicación para “combat cloud”, con capacidad de enlazar sistemas tripulados y no tripulados en tiempo real, clave en el futuro entorno FCAS (Future Combat Air System).
- Nave nodriza de drones, rol anunciado oficialmente en París y reafirmado en Dubái. Su objetivo: actuar como lanzadera y coordinador de enjambres de UAV desde espacio aéreo seguro.
¿Transformación o tabla de salvación?

A400M junto a sus compañeros Eurofighters. Foto: EA
Airbus intenta así contrarrestar cierta pérdida de relevancia de grandes plataformas de transporte, quizá demasiado expuestas e indefensas, en conflictos donde prima la movilidad táctica, la dispersión de activos y la saturación electrónica del espacio de batalla. Estas funciones no sólo buscan mantener vivo al programa hasta el cierre de la línea de montaje en Sevilla —previsto para 2028 o 2029, toda vez que el impulso internacional al transporte de Airbus no ha terminado de hacerlo volar más alto—, sino también justificar un contrato de mejoras “Block 1”, en negociaciones para 2026.
En paralelo, se ha completado recientemente la configuración operativa estándar SOC 3, que marca el cierre de la fase básica de desarrollo del programa iniciado en 2003. De las 178 unidades contratadas, se han entregado 135.
La guerra híbrida y la respuesta industrial como atractivo del A400
El mensaje de Airbus quiere ser claro: el A400M no es un simple camión volador. Con el adecuado paquete de mejoras, puede convertirse en un actor destacado en los conflictos contemporáneos, donde se diluyen las fronteras entre ataque, apoyo logístico, mando y control. En una década marcada por la integración de dominios y la autonomía distribuida, Airbus posiciona, de algún modo, al A400M como una plataforma “multi-dominio”, lista para hacer lo que se le pida: reabastecer, evacuar, lanzar fuego, saturar sensores enemigos o coordinar enjambres de drones.
¿Qué desea?
A la espera de nuevos contratos y con un horizonte de reconversión en marcha, el A400M quiere sobrevivir a fuerza de redefinirse como herramienta polivalente, y de hecho lo es. Pero, los nuevos roles que vienen a adornarle, aún siendo atractivos, no cabe duda, y poder ser una segunda o tercera oportunidad para que consiga contratos internacionales, parecen dirigidos a los usuarios actuales del avión, más que a nuevos compradores. No sabemos si es la panacea para reactivar un programa que ha alumbrado un avión formidable, aunque caro y complejo, pero, en cualquier caso, no puede negarse que Airbus lo va a intentar hasta el final.
Redacción
defensayseguridad.es

