El MQ-28 Ghost Bat disparará un misil AIM-120 en su primera prueba de armamento real en diciembre
El MQ-28 Ghost Bat, el dron de combate desarrollado por Boeing Defence Australia del que informamos en DYS hace escasas semanas, se prepara para llevar a cabo el próximo mes su primera prueba de lanzamiento de armamento real. El interceptor utilizado será específicamente un misil aire-aire AIM-120 AMRAAM, según ha confirmado el CEO de Boeing Defense, Space and Security, Steve Parker, en una mesa redonda previa al Dubai Airshow 2025, y ha dado a conocer hace sólo unas horas la web thewarzone.com.

Este ensayo, que se realizará en el Complejo de Pruebas de Woomera (WRC), en Australia del Sur, supone un hito crítico tanto para el desarrollo operativo del Ghost Bat como para el concepto emergente de drones de combate colaborativo (CCA, por sus siglas en inglés).
Una prueba con implicaciones reales
El disparo se efectuará contra un objetivo aéreo real, en un entorno tácticamente significativo. Se tratará, en palabras de Parker, de una maniobra compleja: «Este disparo de armas es algo que nos emociona mucho», declaró, indicando que la ventana estimada se mantiene entre finales de 2025 y principios de 2026, con la ejecución ya en fase de planificación final para el mes que viene.
Hasta el momento, 8 prototipos del Ghost Bat han sido evaluados en vuelo. Además de las ocho unidades adquiridas por la RAAF en la configuración Bloque 1, ya hay contratadas al menos tres más en configuración Bloque 2, que contará con mejoras específicas orientadas a su futura entrada en servicio operativo.
Diseño modular y capacidades multirrol
El MQ-28 destaca por un diseño modular que permite intercambiar sensores, cargas útiles e incluso secciones enteras del fuselaje, como la nariz, que ya ha sido observada equipada con sensores IRST (Infrared Search and Track). Este tipo de sistema ofrece detección pasiva, útil en entornos con amenazas de guerra electrónica, y refuerza su papel como sensor avanzado dentro de un sistema de combate distribuido.
El dron está concebido para misiones aire-aire, aire-superficie, guerra electrónica, reconocimiento y más. Su arquitectura permite adaptaciones rápidas, lo que favorece una familia de sistemas Ghost Bat de características variadas, algo que ya han sugerido representantes del Ministerio de Defensa australiano.
Un sistema con ambiciones globales
Aunque nació como un proyecto para la RAAF, el Ghost Bat ha captado interés fuera de Australia. La Marina de EE. UU. ha mostrado un fuerte interés por versiones embarcables, e incluso contrató a Boeing para estudios de concepto de CCA lanzables desde portaaviones. Por su parte, la Fuerza Aérea de EE. UU. también ha probado un MQ-28, aunque Boeing fue descartado en la fase inicial del programa CCA del Pentágono, y podría intentar una reentrada en la Fase Increment 2.
Polonia ha sido mencionada en círculos industriales como un posible cliente. El interés en drones CCA crece entre aliados de EE. UU. y países del Indo-Pacífico y Oriente Medio, donde Boeing ya mantiene contactos para una eventual exportación.
El Ghost Bat como compañero del F-15EX
Boeing promociona el MQ-28 como un complemento natural del F-15EX, cuya arquitectura abierta, cabina avanzada y capacidad de operar en tándem con sistemas no tripulados lo posicionan como nodo ideal para el control de drones CCA. La compañía ha explorado escenarios en los que un F-15EX podría actuar como gestor de batalla, guiando a múltiples Ghost Bat en misiones combinadas.

La prueba con el AIM-120 será clave para validar la integración armamentística del Ghost Bat y evaluar su interoperabilidad con sistemas de combate reales, más allá de simulaciones o misiones sin armamento. Aún no hay fechas definitivas para su entrada en servicio operacional, pero los progresos del Bloque 2 y esta prueba de fuego podrían allanar el camino para una declaración de capacidad inicial en los próximos años.
Mientras Boeing afina sus demostraciones, el Ghost Bat sigue consolidándose como una de las plataformas no tripuladas más avanzadas en desarrollo en Occidente, y una pieza central en la doctrina futura de combate aéreo colaborativo.
Redacción
defensayseguridad.es

