El Programa sigue formalmente en marcha y se mantiene su compromiso, dice Philippe Suhr, brigadier general francés

Tras un par de semanas de silencio sobre el FCAS, llegan noticias que, por una vez, invitan a un moderado optimismo, pero poco más. De manos de defensenews.com hemos sabido que hay voces que invitan a la calma, porque la colaboración trinacional en el proyecto Future Combat Air System (FCAS) —que agrupa a Francia, Alemania y España— sigue formalmente en marcha, que es lo principal, según declaró el brigadier general Philippe Suhr, representante de la Fuerza Aérea de Francia. Suhr aseguró que los informes sobre graves disputas entre socios están “exagerados” y recalcó que el programa mantiene su compromiso conjunto para entregar la capacidad de combate en la década de 2040.
No obstante, el trasfondo revela que persisten diferencias industriales importantes. El choque central, como todos los medios hemo tratado de manera asidua, se da en torno al desarrollo del propio caza de 6ª generación (NGF) y el papel del contratista francés Dassault Aviation, al que se le atribuye una intención de liderar cerca del 80 % del proyecto —una cifra que Suhr negó que se corresponda con la realidad, aunque, tenemos que decir, encaja con las continuas manifestaciones de Trappier.
“Existen diferencias, pero no hay que creer todo al pie de la letra”
Mientras tanto, el programa paralelo Global Combat Air Programme (GCAP), impulsado por Italia, Reino Unido y Japón, exhibe una envidiable ingeniería de gobernanza, considerada en general más fluida -hasta donde se sabe-. Sin ir más lejos, el contratista Leonardo S.p.A. italiano anticipa que cerrará más de 1.000 millones de euros en contratos nacionales antes de fin de año. Aunque obligado es decir que, en nuestro caso, España confirmó más de 700 millones esta misma semana para respaldar los trabajos del FCAS bajo nuestra responsabilidad.
Para España, por tanto, que confía en el FCAS como eje de su futura aviación de combate y de su industria de defensa, la cuestión es clara: continuar en el marco actual exige garantías reales de participación tecnológica e industrial, así como de los beneficios, como afirmaba ayer el CEO de Indra, De los Mozos, y no sólo de compromiso político. El tiempo corre y la capacidad de maniobra puede volverse cada vez más limitada, por lo que urge comenzar a tomar posiciones que, si bien coincidentes con las alemanas, demuestren criterio propio.

El brigadiers general, P. Suhr, enlace francés del Programa FCAS
En resumen: políticamente el FCAS está en pie y sus 3 socios lo afirman. Pero desde un punto de vista estratégico e industrial las “cartas” siguen sin estar completamente sobre la mesa. España debe monitorear y defender su posición con atención, porque el éxito del programa dependerá tanto de la tecnología como —y quizá más— de la gestión de alianzas y reparto de responsabilidades entre industrias europeas.
Redacción
defensayseguridad.es

