El Gobierno autoriza el contrato para el Sistema de Vigilancia Acústica: inteligencia submarina española

Sonar activo de alta frecuencia DDS3 de SAES
En la reunión del 11 de noviembre, el Consejo de Ministros de España ha dado luz verde a la celebración de un importante contrato para la modernización de las capacidades de defensa nacional. Se trata de la fase 1 del Sistema de Vigilancia Acústica (SIVIGAC), un proyecto diseñado para potenciar la obtención y análisis de inteligencia acústica submarina mediante medios fijos.
Esta autorización, con un valor estimado de 20.165.289,25 euros, supone un avance notable en el Programa Especial de Modernización “Sustitución de Sistemas Anteriores en el Espectro Electromagnético (Santiago II)”.
La amenaza persistente
El objeto del contrato, tal como se detalla en la referencia oficial del Consejo de Ministros, consiste en la contratación de la fase inicial de un sistema integral de vigilancia acústica. Este instrumento debe mejorar las capacidades de obtención de información acústica a través de plataformas fijas, como sensores submarinos o boyas estacionarias, permitiendo la recopilación, procesamiento y explotación de datos sonoros de interés estratégico.
Destinado exclusivamente a fines de defensa y seguridad nacional, el SIVIGAC facilitará la detección, clasificación y localización de amenazas submarinas, tales como submarinos convencionales o nucleares, torpedos o vehículos no tripulados (UUV), en entornos operativos críticos como el Mediterráneo y el Atlántico.
La duración del contrato se extiende desde su formalización –prevista en las próximas semanas– hasta el 30 de noviembre de 2028, sin opción de prórroga, lo que asegura un ciclo de ejecución en teoría controlado y alineado con los plazos del programa Santiago II.
Esta decisión se inserta en una sesión del Consejo caracterizada por múltiples autorizaciones en materia de defensa, incluyendo adquisiciones de munición de artillería, granadas de mortero y equipos para operaciones en climas extremos, así como modificaciones presupuestarias para reparaciones de emergencia derivadas de desastres naturales.
El SIVIGAC en el ecosistema de inteligencia de señales
El Sistema de Vigilancia Acústica forma parte integrante del programa Santiago II, pretende ser una actualización exhaustiva del histórico Sistema Santiago I –iniciado en la década de 1980 para inteligencia de señales (SIGINT) y guerra electrónica–.
Mientras Santiago I se centraba en plataformas aéreas como el Boeing 707 -La Reina del Espectro- adaptado para misiones de inteligencia electrónica, su sucesor incorpora subsistemas avanzados, entre ellos el SIVIGAC, enfocado en la inteligencia acústica submarina (ACINT). Este diseño debe acompañar la evolución de las amenazas híbridas en el dominio marítimo, tan sobredimensionadas en los últimos tiempos, donde la discreción acústica de los adversarios complica las operaciones antisubmarinas (ASW).
Técnicamente, el proyecto integra herramientas especializadas como:
- Sistema de Clasificación e Inteligencia Acústica (SICLA), que analiza grabaciones de misiones en submarinos, buques o aeronaves ASW para identificar firmas sonoras únicas.
- Fast Time Analyser System (FTAS), un analizador rápido de señales que extrae datos y gestiona bases de datos ACINT.
Estas capacidades se vienen validando en ejercicios multinacionales, como el REPMUS 2025 de la OTAN, donde prototipos como las boyas autónomas Ocean Sentinel han demostrado su eficacia en vigilancia persistente mediante inteligencia artificial.
SAES: la expertise nacional al frente

La ejecución del contrato ha sido adjudicada a la Sociedad Anónima de Electrónica Submarina (SAES, participada por el estado SAES Capital, Navantia e Indra), con sede en Cartagena (Murcia), la única empresa española especializada en acústica submarina y sonares.
SAES, que celebra en 2025 sus 35 años de trayectoria, acumula experiencia en proyectos emblemáticos como los sonares de los submarinos S-80 y sistemas de protección acústica para la Armada.
La adjudicación inicial, aprobada en septiembre de 2025, contemplaba un presupuesto de 10 millones de euros, con un desglose de:
- 5 millones para 2025
- 3 millones para 2026
- 2 millones para 2027
Todo ello con vistas en el desarrollo preliminar. La autorización de este CdM de noviembre eleva el compromiso total de la fase 1 a los 20.165.289,25 euros, cubriendo la implementación integral bajo la supervisión de la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) del Ministerio de Defensa, en colaboración con el Ministerio de Industria y Turismo.
Cifras
Estas son las cifras conocidas, basadas en referencias oficiales:
| Concepto | Cifra (euros) | Fuente/Referencia | Notas |
|---|---|---|---|
| Valor estimado fase 1 (total) | 20.165.289,25 | Consejo de Ministros, 11/11/2025 | Autorización completa del contrato |
| Adjudicación inicial (desarrollo) | 10.000.000 | Adjudicación SAES, 17/09/2025 | Fases preliminares hasta 2027 |
| Desglose anual inicial | 5.000.000 (2025) 3.000.000 (2026) 2.000.000 (2027) | Adjudicación SAES, 17/09/2025 | Imputado a programa Santiago II |
| Compromisos anuales Santiago II | 329.000.000 (2026) 360.000.000 (2027) 455.000.000 (2028) 380.000.000 (2029) 25.000.000 (2030) 26.000.000 (2031) | PITSD | Parte del programa de 10.471 millones hasta 2029 |
Propiciar la soberanía marítima efectiva

Sistema MIRS de SAES
En un panorama internacional regido por tensiones en el Mar Negro y el Mediterráneo –evidenciadas por maniobras rusas en el Báltico o la intrusión de submarinos no identificados en aguas españolas–, el SIVIGAC adquirirá una relevancia inminente. Con nuestros más de 8.000 kilómetros de costa y rutas vitales para el comercio nacional y global, es ineludible disponer de una vigilancia submarina eficaz para salvaguardar la soberanía y contribuir a la disuasión colectiva de la OTAN.
Este proyecto debe modernizar infraestructuras obsoletas y, de paso, fomentar la innovación industrial nacional en el segmento, habida cuenta de que los desarrollos internacionales en la materia no han dejado de proliferar, a la par que las amenazas.
Comienza la andadura del que debe ser un pilar en la arquitectura de seguridad marítima nacional, y del que, esperamos, tenga un desarrollo favorable. El mundo navega hacia un futuro de mayor interconexión, pero también de riesgo. Conservar la soberanía de las aguas se basa en mucho más que los navíos de superficie y los submarinos.

