España, rezagada con un misil de 500 km, afronta la urgencia del Tomahawk y el SM-3 mientras Berlín y Londres apuestan por la supremacía de los 2.000 km

Foto: misil Standard SM-3 Block IIA
La urgencia por la autonomía de defensa y la necesidad de contrarrestar la amenaza rusa han provocado una carrera acelerada por el desarrollo de misiles de largo alcance en Europa. El panorama se define por la ambición de Alemania y el papel central del Reino Unido, dejando al descubierto la necesidad de que España tome decisiones estratégicas para no quedar relegada a la retaguardia de la OTAN.
I. Los proyectos estratégicos que definen el nuevo estándar europeo
Mientras el misil Tomahawk (con un alcance superior a 1.600 km) sigue siendo el estándar global, los principales socios de la OTAN en Europa trabajan para superarlo:
El salto a la supremacía de 2.000 km
El proyecto más ambicioso lo lideran Alemania y el Reino Unido bajo el Acuerdo de Trinity House. Ambos han acelerado el desarrollo de un misil de ataque de precisión profunda con un alcance superior a 2.000 kilómetros. Este programa busca una capacidad de disuasión estratégica pura, capaz de alcanzar objetivos clave en territorio ruso. Se especula con la integración de tecnología hipersónica para superar defensas modernas.

Foto: El ministro británico de Defensa, John Healey (dcha.), y el ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius (izq.), firman el Acuerdo de Trinity House, Londres, 23 de octubre de 2024.
Para llenar el vacío inmediato, Alemania está en proceso de adquirir el Tomahawk Block V para sus fragatas, ganando así una capacidad transitoria de más de 1.600 km.
El reemplazo operacional (FC/ASW)
Francia y el Reino Unido (junto con Italia) avanzan con el proyecto FC/ASW (Future Cruise/Anti-Ship Weapon), sucesor de los misiles Storm Shadow/SCALP. Este sistema apuesta por una doble arquitectura: un misil furtivo subsónico y otro supersónico, ambos con un alcance extendido de unos 1.000 km.

Foto: Futuro Arma de Crucero/Antibuque (FC/ASW)
II. La brecha estratégica española: 500 km de alcance
España, actor clave en el flanco sur de la OTAN, ha mostrado interés por reforzar la autonomía estratégica europea (participando en el programa ELSA), pero su capacidad actual de misiles revela un rezago alarmante.
El rango de ataque (la «espada»)
La capacidad de ataque terrestre española se limita al misil Taurus KEPD 350, con un alcance de solo 500 km. En el contexto actual, esta distancia es insuficiente para una disuasión creíble más allá del entorno inmediato.
- Proyecto futuro: España participa en el programa LCM (Long-Range Cruise Missile) dentro de ELSA, orientado a superar los 1.000 km de alcance. No obstante, su progresión lenta y la débil implicación industrial nacional, sumadas a la ausencia de planes que aspiren a los 1.600 o 2.000 km, condenan a España a depender operativamente de sus aliados en escenarios de crisis a distancia.

Foto: Lanzamiento del cohete experimental NCM
- Capacidad naval: En el ámbito antibuque, la Armada Española moderniza su flota con la adquisición de 120 misiles NSM (Naval Strike Missile), que sustituirán a los Harpoon. Este sistema furtivo de última generación proporciona un alcance de unos 200 km y refleja la apuesta por tecnología avanzada, aunque aún lejana de la capacidad ofensiva de largo alcance que otros socios ya están integrando.
La defensa anti-balística (el «escudo»)
Uno de los puntos más críticos está en la defensa contra misiles balísticos. Aunque la Armada Española dispone de las fragatas Clase F-100, equipadas con el sistema Aegis, su capacidad se ve limitada:
- Las F-100 ofrecen una defensa aérea de zona eficaz con el misil SM-2 (160 km) frente a aeronaves y misiles de crucero.
- Sin embargo, España no ha formalizado la adquisición del misil SM-3, clave para interceptar misiles balísticos de medio y largo alcance. Esta omisión priva a la Armada de una capacidad crítica, pese a contar con la plataforma técnica compatible. De facto, España cede este papel a EE. UU. y la OTAN, reduciendo su peso en la defensa del espacio euroatlántico.

Foto: misil Standard Missile-3 Block IIA
Conclusión
La ambición de Alemania y la iniciativa del Reino Unido están modificando la arquitectura militar europea. Mientras sus programas apuntan a los 2.000 kilómetros de alcance, España continúa anclada en capacidades de medio alcance, con programas de futuro incierto y sin fecha de despliegue definida.
España debe dejar atrás la prudencia institucionalizada y abordar con decisión la adquisición de un misil de largo alcance como el Tomahawk (o su equivalente) y la integración del SM-3 en sus fragatas. Solo así podrá:
- Ejercer disuasión real en su entorno geográfico ampliado.
- Reducir su dependencia operacional de terceros.
- Consolidar un papel autónomo y relevante en el sistema defensivo atlántico y mediterráneo.


4 respuestas
El alcance de los NSM es, según la web del propio fabricante, de más de 300 km, no de 200 km. Sí, seguramente que ese dato es para un perfil de vuelo que prioriza el alcance sobre el sigilo. No obstante, si todas las plataformas indican el máximo, para comparar bien hay que usar el máximo aquí también.
al alcance de más de 500 km del Taurus hay que sumarle lógicamente el del avión. Se rumorea que el alcance inoficial del misil en sí es de 800 km.
Lo de «dentro del contexto actual» ya cansa. Esa expresión se usa últimamente en todo los lares para justificar sin explicar. ¿Qué contexto? ¿Qué ha cambiado? ¿Cuáles son nuestros enemigos más probables?
¿Es prioritario para nosotros un misil con más de 1000 km de alcance? ¿Para atacar a quién? ¿A Marruecos, si que las fragatas tengan que salir del puerto de El Ferrol…?
Me atrevo a decir que todo lo interesante que tiene Marruecos está dentro del alcance de los NSM y Taurus.
El único punto que no alcanzamos es la base aérea argelina en el desierto profundo.
Comprendo que para Alemania un misil de ese alcance sea prioritario. Moscú está mucho más lejos de lo que Napoleón y Hitler imaginaban, y eso es sólo una pequeña parte de Rusia.
Pero ese no es nuestro caso. No digo que no nos sumemos al ELSA si las condiciones son buenas para nuestra industria. Digo que en nuestro caso la prioridad no debe ser el alcance.
Nuestra prioridad deberían ser misiles de 300 km de alcance, en cantidad adecuada y en costes lo más bajo posible. El SILAM, concretamente y la posibilidad de lanzar los NSM, que son más inteligentes, desde tierra.
Nuestra guerra no es el alcance.
Su análisis es muy agudo y totalmente válido desde la perspectiva de la defensa de intereses regionales inmediatos. De hecho, su planteamiento refleja el eterno debate en la estrategia militar: ¿priorizar la proyección estratégica o la cantidad y disponibilidad para el teatro de operaciones más probable?
Si examinamos sus puntos, y la conclusión es que usted tiene razón en que el foco principal debe estar en la cantidad y los 300 km, pero que la diferencia de alcance sigue marcando una brecha estratégica.
✔️Correcciones de Alcance (NSM y Taurus)
Tiene razón al señalar que, para comparaciones justas, se debe usar el máximo alcance publicitado y no el estimado.
NSM (Naval Strike Missile): El alcance oficial del fabricante es de más de 250-300 km (dependiendo del perfil de vuelo), no 200 km. Este dato consolida al NSM como un excelente sistema anti-buque furtivo.
Taurus KEPD 350: Es totalmente cierto que los misiles de crucero aire-tierra dependen del radio de combate del avión lanzador (Eurofighter o F/A-18). Sumando el alcance del avión, los 500 km nominales se convierten en un radio de impacto mucho mayor. Además, el rumor de un alcance no oficial de 800 km es un factor que la planificación militar debe considerar.
✔️¿Qué Contexto ha cambiado? ¿Quién es el enemigo?
La frustración con el uso de «contexto actual» es comprensible. El contexto que ha cambiado y justifica la carrera por misiles de 1.000 km+ es doble:
Rusia y la Disuasión de Profundidad: El fin del tratado INF ha disparado la necesidad de misiles de largo alcance en Europa. Para Alemania y Reino Unido, misiles de 2.000 km son herramientas de disuasión directa contra Moscú.
La Tensión Global (Flanco Sur): Aunque Argelia y Marruecos sean los escenarios más probables, la inestabilidad en el Sahel, el Mediterráneo Oriental o el Mar Rojo exige la capacidad de operar a miles de kilómetros de casa (como en las misiones antipiratería o las misiones de la UE).
✔️ La Prioridad Estratégica vs. la Prioridad Regional
Su argumento de que la prioridad no debe ser el alcance extremo, sino la cantidad y el coste (SILAM y NSM lanzados desde tierra), es muy sólido para la defensa regional y la proyección táctica inmediata.
Defensa Regional (Cantidad y 300 km):
Marruecos y Argelia: Es cierto que la mayoría de los puntos críticos de interés (bases aéreas, centros logísticos) están dentro del rango de un Taurus lanzado por un Eurofighter, o incluso dentro del rango del NSM (300 km+).
SILAM: El desarrollo del misil de crucero nacional SILAM (probablemente con un alcance en ese rango de 300-400 km) y la capacidad de lanzar el NSM desde tierra son cruciales para crear una capacidad de saturación a un coste asumible.
El Argumento del Alcance Extremo (1.000 km+):
Disuasión Política: Un misil de 1.600 km no es una herramienta para Marruecos; es una herramienta política que garantiza que España sea tratada como un socio de primer nivel en la OTAN. Es el precio del asiento en la mesa estratégica.
»Reach»: Solo un misil de 1.000 km+ permite a una fragata operar desde el Estrecho de Gibraltar y alcanzar objetivos críticos en el Mediterráneo Oriental o el Mar Rojo sin tener que entrar en aguas peligrosas.
Para concluir:
Usted tiene razón en que la prioridad operativa y de coste para España debe ser la de misiles de 300-500 km (SILAM/NSM) y la cantidad.
Sin embargo, el rezago estratégico existe porque, si bien la cantidad gana las batallas regionales, el alcance extremo (1.000 km+) es lo que define el estatus de disuasión estratégica dentro de la OTAN. España debe buscar un equilibrio: desarrollar una gran cantidad de misiles regionales de bajo coste (como propone) y, simultáneamente, asegurar acceso a una pequeña reserva de misiles de alcance estratégico (como el ELSA o el Tomahawk) para no depender totalmente de EE. UU. en caso de una crisis global.
Gracias por la respuesta. Coincidimos en el análisis y la conclusión:
1. La prioridad debe estar en la cantidad y el coste (y la soberanía) de misiles de entre 300 y 500 km de alcance desde tierra.
2. Satisfecha esa prioridad, nos vienen bien misiles de 1000 km de alcance como promete el ELSA, precisamente para zanjar el tema de los Tomahawk (en cuya programación de las coordenadas de los objetivos han de intervenir los EE. UU. si se quiere operar el misil con la precisión que ofrece). No necesitaríamos muchos. Y que las empresas españolas participen en ese proyecto les ayudaría a obtener conocimientos que podrían aplicarse luego en otros programas.
Idóneamente, el misil debería de disponer de lanzadores terrestres, lanzadores navales de superficie (celdas Mk41 de tamaño «strike») y desde tubos de torpedo de submarinos. La buena noticia es que creo que la intención es esa. Se habla también de la posibilidad de lanzarlo desde un cazabombardero. Ya veremos…
La posición de España en la OTAN, vista a través del prisma de estas capacidades de misiles, se puede describir como la de un Socio Logístico y Regional Altamente Valorado, pero con una Capacidad de Disuasión Estratégica Limitada.
España es un socio indispensable por su posición y su red de bases, pero es un actor secundario en la proyección de poder ofensivo y la disuasión estratégica de alta intensidad que dominan actualmente el debate de la OTAN. Los programas de misiles del Reino Unido y Alemania la obligan a acelerar sus propias decisiones si no quiere consolidarse únicamente en el rol de ancla defensiva del flanco sur.